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viernes, 21 de agosto de 2015

CONTRAPORTADA DEL LIBRO ¨CURA¨

Por: Emilio Meluk

La vida discurre entre triunfos y derrotas, amores y odios, fantasías y realidades, pero en el centro de esa dialéctica infernal siempre habrá una columna vertebral y es la esperanza. Sin ella el triunfo, el amor y la fantasía serían puntos culminantes, metas en sí mismas, más allá de las cuales sería la nada; y sin ella la derrota, el odio y la realidad serían el fin de los tiempos, muerte real. Sin la esperanza la vida no sería más que el “valle de lágrimas de los desterrados hijos de Eva” que pregonaba la imaginería cristiana hasta hace poco. Ese es el marco en el que deambulan los personajes de estas viñetas vívidas de Jairo Báez. Cotidianos, que viven cosas cotidianas y que tienen desenlaces cotidianos, los personajes dejan un sabor real de la Colombia de hoy.

Pero narradas desde el interior de quienes las padecen, las historias de los personajes de Báez adquieren en tinte de drama griego y destino shakesperiano, da la impresión que en cada episodio gravitara sobre ellos la sentencia de un destino al que no valen los esguinces. Se podrá argüir que es la Colombia de los personajes y, obviamente del autor, que se labran un destino laberíntico y de puertas selladas. Aunque, la verdad sea dicha, entre líneas navega siempre la esperanza, no sé de qué, pero allí está, impertérrita, gracias a los personajes y el autor, o a pesar de ellos. Digo que está entre líneas, porque los personajes no pretenden dar soluciones, sólo  hacen cosas en pro del triunfo, el amor y la fantasía; y además, es algo que tampoco está en el horizonte del autor, afortunadamente, porque de intentarlo mataría la esperanza.



jueves, 12 de diciembre de 2013

DR. MOCKUS, LÁRGUESE

Dr Mockus, lárguese 

Por Matheo Gelves

Tomado de: www.evernote.com


 
Doctor Antanas, la presente es para solicitarle a usted, ex alcalde y ex candidato a la Presidencia, que por favor se largue de nuestro país, pues considero que no lo necesitamos ni a usted, ni a sus políticas e ideologías. Es más, me he tomado el atrevimiento de irrumpir en su domicilio y empacar sus maletas para que pueda irse cuanto antes.
Lo primero que encontré en su armario, por allá guardados en una linda cajita, fueron los valores éticos y democráticos que usted siempre ha querido articular en nuestra sociedad. ¿Cómo se le ocurrió siquiera pensar en que la prioridad para un gobierno, y el principal destino de los recursos, serían la educación y la cultura ciudadana? ¡Es usted un ignorante! todos bien sabemos que lo que necesitamos es ponerlos en la guerra contra las FARC, que es nuestro principal y único problema.
Junto a esos valores, encontré colgado en un gancho el pantalón que usó el día de su famosísima conferencia en la Nacional. Si, esos que se bajó para mostrarles el culo a todos los estudiantes. ¡Es usted un animal! ¡Puerco, degenerado, inmoral! ¿Cómo se le ocurre hacer semejante banalidad frente a una sociedad como la nuestra, en donde los únicos culos que aceptamos ver son los de las prostitutas en la zona de tolerancia y los de las damas de Soho en las grandes vallas publicitarias? Lo lamento, pero su culo es demasiado escandaloso para nuestra casta sociedad. Con grandes arcadas y ganas de vomitar, empaco ese pantalón suyo.
También colgados y enmarcados en su estudio encontré un gran número de diplomas y reconocimientos que le han sido otorgados. Necesité una maleta extra para empacarlos todos. Lléveselos lejos, porque aquí no necesitamos profesores y académicos como funcionarios, tal como usted decidió hacerlo. En fin, regrese a Harvard a seguir dando sus charlas y cursos. Aquí nada de eso lo encontramos útil. Entienda que nuestros políticos (los que en verdad necesitamos) son esos que, en vez de culpar –como usted- a la educación y las decentes prácticas culturales de nuestro país, prefieren culparse unos a otros y a sus respectivos partidos. Respete el statu-quo, por favor.
Mientras empaco, aprovecho para comentarle que nunca supimos si era usted de derecha o izquierda.Solo supimos que era diferente. Y eso -lo diferente- nos espanta en este país. Aquí estamos acostumbrados al menú de siempre: dos tazas de corrupción al desayuno para iniciar bien el día, un platado de palabrerías y discursos al almuerzo, y una bandeja de show mediático para dormir bien y seguir con la rutina al día siguiente. Ni se atreva usted a meterse con nuestro diario vivir, con nuestro pan de cada día.
De su mesita de noche saqué su historia clínica. ¡Se me olvidaba la peor parte! Es usted un enfermo.Con una infinita pena le comento que su Parkinson nos resulta una peor enfermedad que la corrupción y el deseo de poder de nuestros dirigentes. Es claro que no puede usted ocupar ningún tipo de puesto en nuestro sano país. No nos expondremos al riesgo de contagiarnos de sus ideas. Es que nada más con pensar en que usted, viejo locus, optó por abandonar su pantano verde cuando nuestro Gran Colombiano decidió apoyarlo ya muestra el tipo de persona que usted representa.
Y hablando de ideas, encuentro bajo su historia clínica la propuesta que hizo en su mandato de expandirescuelas, bibliotecas e institutos. Sólo a un loco, demente y enfermo de Parkinson como usted se le ocurriría proponer semejante cosa, cuando lo que necesitamos es expandir las cárceles y estaciones de policía, pues nos invaden los vándalos y nos sentimos inseguros en la calle y hasta dentro de nuestras casas (para los que tenemos). Y aunque su ejemplar ley de la hora zanahoria haya trascendido a otras ciudades de Suramérica, no la necesitamos más, ni siquiera cuando se está matando media Bogotá borracha al volante y en medio de riñas. Usted, como sus propuestas, ya no son vigentes.
En fin, tras varias horas de trabajo he empacado una infinidad de sus pertenencias: Su absurdo plan debeatificar los recursos públicos, su tonta idea de ver a los indígenas como una minoría “extraña pero valiosa”, su propuesta del desarme de la población civil de Bogotá a cambio de bonos de mercado, su acción de cambiar los policías de tránsito por mimos que se burlaban de los imprudentes porque, según usted, los colombianos le temen más al ridículo que al castigo y ¡ah! lo más importante, su mayor defecto: el pensar mucho antes de hablar. ¡Eso sí que nos disgusta en nuestro afanoso y visceral país! Una persona que se tome tiempo para reflexionar, pensar y ahí si hablar. No tenemos tiempo para esas estupideces.
Ya es hora de que acepte la realidad, doctor Antanas. Se disfrazó del superhéroe de la política cuando la verdad es que un “político artista” como usted no va a ganarle a la corrupción colombiana, ni mucho menos va a poder escribir la sangrienta historia de nuestro país con lápiz y libros. ¡Lárguese de una buena vez y deje de insistir tanto! Colombia no está lista para una persona y una mente como usted.
Post-Data: Sus maletas y pertenencias ya fueron enviadas al aeropuerto. Adjunto a esta carta uno de sus más absurdos chistes:
“Me encantaría que cada mañana, cuando un estudiante se levante para ir a clase, comprendiera que allí, en su colegio o universidad; que cada maestro al dar la clase, o un papá al revisar la tarea por las noches, son los escenarios donde se juega la soberanía del país, la diferencia de poder futuro”
  

miércoles, 20 de noviembre de 2013

EL PRINCIPIO DE REALIDAD EN NUESTRA SOCIEDAD ES DETERMINADO POR UN GRUPO ECONÓMICO

Por: Rubén Andrés Rios Osorio


Principio de placer

Como nos esboza Freud (1930)  “el programa del principio de placer es el que fija su fin a la vida”, (p.76)  el principio de placer gobierna el aparato anímico en dos sentidos uno positivo y otro negativo, en el negativo ordena evitar o cancelar las sensaciones de dolor y displacer, y en el positivo poder vivenciar intensas sensaciones placenteras lo que se califica como dicha.
Este principio de placer se fundamenta desde muy temprano en la vida anímica, desde la lactancia, cuando el lactante al estar alejado del objeto seno materno, tiene una sensación displancentera para este, llorando como reclamo de asistencia; en el momento de pérdida del objeto para su yo.

Así se permite dilucidar el principio de placer como un programa que ordena las sensaciones que son evitadas o intensificadas, con un objetivo de dicha o felicidad en el individuo.

 Principio de realidad

El principio de realidad se establece en el momento que el lactante empieza a distinguir lo interno perteneciente al yo y lo externo proveniente del mundo exterior (Freud, 1930); de esta manera el individuo se relaciona con el exterior, diferenciando su yo del exterior y buscando menguar las sensaciones displacenteras que pudiera percibir, así la censura reprime las representaciones que no se ajustan a ese exterior, conciliando el principio de realidad con el principio de placer.

Este principio dirigirá al individuo y cómo este se debe desenvolver en la cultura, de manera que siga las normas establecidas, las cuales son significativas para el individuo y su relación con el entorno.

Economía libidinal

La economía libidinal es entendida como una reducción de energía o un acomodamiento pulsional, de forma que el individuo pueda tener una sensación placentera y un alejamiento de las sensaciones que no lo son, de manera fácil y rápida, por ejemplo con el alcohol se busca sensación placer y/o un alejamiento de la miseria, lo cual se logra con unas cuantas botellas.

Principio de placer vs Principio de realidad

El principio de placer es el programa que  busca la dicha, esa felicidad de cada individuo, pero cuando esta es enfrentada a lo externo, es evidente que es irrealizable, ya que no es posible cumplir con todo el placer que el individuo desea, ya que este  es incongruente con el exterior,  y el exterior es el que establece las reglas, de esa forma impide la manifestación consiente del placer. Adicionalmente  el sufrimiento se presenta así trate de evitarse y estas sensaciones pueden ser provenientes del propio cuerpo, del exterior o de las vinculaciones con otros seres, haciendo que el individuo padezca por sus representaciones placenteras, de tal manera este reduce sus exigencias de dicha y las moldea de acuerdo a lo permitido por su cultura (Freud, 1930). “Bajo la presión de estas posibilidades de sufrimiento los seres humanos suelen atemperar sus exigencias de dicha, tal como el propio principio de placer se trasformó, bajo el influjo del mundo exterior, en el principio de realidad, más modesto” (p.37), de esta forma el exterior influye en nuestro placer, haciendo que se establezcan censuras para aquellas representaciones que trasgreden lo permitido, y en busca de una economía libidinal las expectativas de placer bajan, de forma que el individuo tenga varias expectativas y con intensidad mesurada en caso de fallo, por tal motivo el individuo toma de la cultura las probabilidades y las formas correctas de placer,  así la censura en el individuo genera la  represión del placer por la exigencia de la cultura.

Es posible dilucidar que la cultura con su neurotisismo, establece lo correcto y lo incorrecto, lo que se debe hacer o no se debe hacer, lo que es placentero y lo que no lo es, y es así como el individuo establece su censura de manera que sus representaciones conscientes son acordes a lo culturalmente aprobado.
                                                                         

La economía como padre de la cultura

Para el contexto freudiano, la cultura tenía grandes connotaciones religiosas, ya que desde el siglo XVIII podemos evidenciar el deslinde de la ciencia de la religión, pero cuando comparamos eso factores a los de los principios del siglo XXI es imperativo que esta asociación sea realizada desde la economía que por así decirlo es el nuevo Dios.

La economía Neoliberal, nos arroja hacia una cultura consumista, donde el poseer es sinónimo de abundancia, de felicidad, donde el dinero es imperativo, y la acumulación de este describe a una persona, competente, inteligente e interesante, con múltiples oportunidades y placeres, un modelo a seguir.

La economía global es movilizada por un puñado de compañías, que llevan sus productos y servicios a cada rincón del planeta, parte de su mecanismo para influenciar los mercados, es que sus productos son parte de modelos de vida, y se convierten en estados aspiracionales de las sociedades, donde es necesario la identificación del producto o servicio en la vida de millones de personas, que consumen lo que estas compañías ofrecen.

El modelo aspiracional, donde la venta de promesas de placer indescriptible (Como Coca Cola y su chispa de la vida)  o de la prevención o evitación  de sensaciones displacenteras (Como los seguros, o un buen trabajo) permitirá que los individuos sean parte de ese mundo feliz que es mostrado a través de la publicidad, como si fuese una ventana hacia al paraíso.

El placer se compra, la posibilidad de acceder a la felicidad está en la compra, en la adquisición, en el tener, y estas compañías cavilan estos paraísos, donde el sufrimiento se esboza como la falta y la ausencia de estos productos y servicios en su modelo de vida.

Si estas compañías son las normalizadoras de la sociedad, de lo aprobado culturalmente, de lo bueno, lo malo, lo feo, lo placentero, se dilucida que allí encontramos la norma, encontramos al padre, a la fuente normativa, la cual brinda la solución de la necesidad, la ubicación del objeto perdido, de aquel objeto que no se tiene, pero que con unas cuantas monedas se puede acceder al vida que estos proporcionan.

Bajo esta panorámica podemos empezar a dilucidar el cuestionamiento tratado en este escrito ¿El principio de realidad en nuestra sociedad es determinado por un grupo económico?

¿El principio de realidad en nuestra sociedad es determinado por un grupo económico?

El principio de placer se trasforma en principio de realidad, cuando el placer es ajustado a las expectativas del exterior, a las expectativas de un entorno que enmarca la cultura, el individuo se enfrenta al sufrimiento de la vida y este  ajusta su placer a estos, encontramos que ese exterior hoy en día está regido por la economía, por el mercado, por la constante ausencia y así como establece Freud (1930) hay tres fuentes de ese sufrimiento:

1.    Con uno mismo, cuando el ser se siente insatisfecho con sí mismo, cuando sus pulsiones parten de sí exigiendo ser satisfechas.

2.    Con el entorno, cuando la ausencia del objeto, genera padecimiento, sufrimiento y deseo.

3.    En las relaciones con los demás, cuando esas interacciones con los otros no fluctúan con la expectativa propia de la representación.

El comercio, brinda soluciones a la vista de cada uno de estos sufrimientos, el exterior brinda sus reglas con las cuales el individuo moldea sus representaciones conscientes a su modelo de vida, familia, intereses, conocimientos, acciones, gustos, comidas, relaciones sexuales, etc., estas son promovidas por los intereses económicos de productos y servicios, que muestran cómo cada sufrimiento se desvanece con la obtención, y el individuo se establece como parte del sistema consumista, ya que su realidad (el externo) influye en el yo, esta mediatizado por las necesidades económicas de las marcas que mundialmente venden el modelo del hombre feliz, de la dicha para el individuo.

Estas normas establecidas por un modelo económico neoliberal, instaura en el individuo censuras que son dirigidas por un modelo de vida externa, así el principio realidad es cavilado por unas pocas empresas, que principalmente buscan poder y montones de dinero, imponiendo las expectativas de millones de personas que  adquieren sus productos y servicios, al moldear un estilo de vida basado en la posesión de objetos como obtención de placer.

Este ciclo de la obtención consumista de productos y servicios, es interminable, nunca habrá una satisfacción total del placer, ya que la censura es trasformada en el principio de realidad que está sujeta al sufrimiento, como el exterior es influenciado por la economía empresarial, y estos imponen objetos que sustituyen el sufrimiento por la pérdida del objeto primario y que a pesar de ser obtenidos no son satisfechos, el individuo estará siempre consumiendo en búsqueda inalcanzable de la mengua de su miseria, pero esta nunca se satisface, sin embargo este puñado de empresas llenan sus arcas con las expectativas hechas por el mismo individuo que acomoda sus censuras y representaciones conscientes, a la manipulación comercial, en un ciclo infinito de comprar placer y no alcanzarlo.

Referencias.


Freud, S. (1930) El malestar en la cultura. Buenos Aires, Argentina: Amorrortu editores

sábado, 7 de julio de 2012

LAS 7 VENTAJAS DE LA GORDURA


Por: Alejandra Azcárate

Publicado en Aló.com (Recuperado 7/7/2012)  

Me gusta el cuerpo liviano, ágil y elástico. Me identifico por mi genética y metabolismo con una estética sin protuberancias, relieves y desproporciones. Pero así mismo, hoy decidí alejarme de mi primaria perspectiva de lo bello para abrir mi mente y analizar las ventajas de la gordura. Una mujer que nace gorda o que se engorda debe tener ciertos puntos a su favor que deben ser resaltados y no señalados por las flacuchentas como yo.
  1. No piensan a la hora de comer. Esa es una invaluable sensación de libertad. No se mortifican por los horarios adecuados para ingerir los alimentos ni mucho menos se estresan por la escogencia de los mismos. Una bandeja paisa al desayuno no es una posibilidad absurda, al contrario, puede ser una realidad semanal.
  2. Cuando van a los almacenes no se pasan horas midiéndose opciones de prendas porque pocas veces encuentran su talla. Sus compras son breves. ¿Qué me queda? Eso me llevo. Punto.
  3. Se sienten como unas princesas ya que ellas sí conocen de cerca la verdadera caballerosidad. Los hombres les ceden el puesto por miedo a que se les sienten encima, las miran con ternura para evitar una agresión, les sonríen, las saludan con palmada en el hombro, les corren la silla porque no caben, les abren la puerta del carro para cerciorarse de que sí entran y no las morbosean porque rayarían con la aberración.
  4. Disfrutan a plenitud la amistad. Las gordas no generan envidia, así que además de convertirse en grandes amigas producen una confianza que solo es recompensada con lealtad. No sufren el dolor de la traición ni prueban el veneno del engaño.
  5. En el sexo se desinhiben con facilidad. Contrario a sentir complejos por su figura, tienden a ser tan seguras de ellas mismas que se convierten en grandes amantes. Siempre se entregan como si fuera la última vez, porque de hecho saben que podría serlo. No tienen límites, no les preocupa si la luz está prendida o apagada, no las altera ninguna posición, saben con certeza que su fortaleza es generar placer hasta el punto de hacerle olvidar a su pareja la sensación de estar amasando un sofá abullonado.
  6. La playa o el plan de piscina no las cohíbe. Uno las ve pavoneándose sin pareo y sin el menor pudor. Se asolean como un sapo boca abajo desparramadas sin tapujos. Con la bronceada se les marcan los pliegues a los cuales el sol no alcanzó a entrar, quedan llenas de líneas como si hubieran sido atacadas por un león y no les importa. Salen de esqueleto, ombliguera o shorts, frescas.
  7. No viven pendientes de los tratamientos, trucos o sistemas para alcanzar la figura ideal, son conscientes de su realidad, se aceptan evitando luchas sin sentido. Así se aman y así las aman.
Si resumimos, la gordura genera libertad. Algo que pocos seres logran conocer a lo largo de su vida. Es cierto que por momentos debe producir insatisfacción y una lucha por modificar lo existente. Pero a la vez se alejan con facilidad de las presiones y convierten su figura en su mayor factor de seguridad.

Con todo y eso, no nos digamos mentiras, es mejor ser flaca. Así que no se engañen más. Dejen de pensar que son de huesos grandes, que retienen líquido y que el color negro adelgaza. Están gordas. ¡Asúmanlo! Y así suene cruel, es la cruda verdad. Ojo no con la tiroides sino con la ‘mueloides’ y sobre todo no olviden que uno gordo se ve lindo solo cuando es bebé.

lunes, 19 de marzo de 2012

LA FUNCIÓN DEL NEOLOGISMO EN LA CULTURA Y SU RELACIÓN CON EL DELIRIO




Angélica María González Jiménez[1]

El lenguaje referido en el campo del Otro, indica un universo, una ley que rige desde un orden de naturaleza simbólica instaurado en la cultura, como lo menciona Lacan (2001, 431) “Todo lo que conocemos como significación siempre está encarnado en un sistema que es universo de lenguaje. Desde que el lenguaje existe, es universo” no con ello, se hace referencia al estar sujeto o inscrito al orden simbólico, denota por el contrario, lo ineludible del lenguaje en la cultura y en el sujeto más allá del registro en el que se posiciona el mismo. Partir entonces, de lo universal del lenguaje, es plantearse una lógica simbólica en la comprensión de la cultura, lógica en la cual, el lugar del significante y la palabra coexiste con los fenómenos dados en la cultura como concepto, o las culturas en tanto la particularidad de asir un discurso que no enmarca la globalidad y que se distingue en su acontecer, económico, político y social, por las posibilidades que le otorga la  lengua y los significantes que la estructuran.

Esta forma de introducirse en la cultura desde su formación y función neológica, se relaciona, con lo que Lacan (2004) describe como metalenguaje, señalando lo eficaz de proceder hacia la comprensión de los fenómenos desde su función sistemática, es decir, en la utilización del lenguaje “el lenguaje que habla del lenguaje” (p. 326) destacando lo fecundo de fiarse de la estructura significante desde la coherencia posicional y auto reproducción del sistema mismo.

Sin embargo, hablar de coherencia posicional del sistema del lenguaje, así como, de la reproducción emergente de su mismo sistema, no aduce únicamente a un posibilidad lingüística donde la formación de los neologismos penden estrictamente de su estructura o evolución  morfológica, fonética o semántica - como se explicitará posteriormente – por el contrario, da lugar a incorporar la lógica del inconsciente y del sujeto, en el rastreo de la formación del neologismo y la función del mismo desde su aparición hasta su establecimiento y mantenimiento en la cadena significante.

El  neologismo, en su definición basta, hace referencia a ese nuevo elemento léxico o a la modificación de un vocablo o palabra ya existente. En la lingüística, específicamente desde la postura teórica de Saussure, se plantean los neologismos de tipo fonético y los analógicos, los cuales en su respectivo orden, Saussure considera como cambios y creaciones pertenecientes a una dinámica fuertemente diacrónica de la lengua (Alonso, 1972,17) Se menciona dinámica, porque tal como lo señala Saussure, en la evolución de la lengua no es posible asumir una ley imperativa.

…no se habla de la ley más que cuando un conjunto de hechos obedece a la misma regla, y a pesar de ciertas apariencias contrarias, lo sucesos diacrónicos siempre tienen carácter accidental y particular.” (Saussure, 1972, 75)

Este carácter accidental, es lo que da lugar a pensar la lengua, particularmente el fenómeno del neologismo, desde una dinámica donde se vincula el acontecer cultural, el sujeto y la lógica del inconsciente.

No con ello, se pone en cuestión o se niega todo lo dicho en lingüística referente a la ley sincrónica en la lengua, en tanto que estructurada y con una funcionalidad en un momento dado. Sin embargo, el estudio sincrónico de la lengua, no copa los intereses frente a la comprensión del neologismo, mas allá de ubicarse como un punto de referencia e incluso de diferencia entre lo que puede ser de orden metonímico y metafórico.

Lacan en su Seminario 3 Las Psicosis (2004) introduce las disertaciones relacionadas con la metáfora y la metonimia, a partir de las cuales se puede lograr una aproximación a las preguntas ¿Dónde puede hallarse articulado el neologismo? y ¿Dónde se ubicaría la lengua desde una ley sincrónica? En la metáfora, señala Lacan (2004) “hay una sintaxis, un orden primordial de significante” la cual solo puede respetarse a partir de la identificación, a diferencia de la metonimia, ya que esta “Designa la sustitución de algo que se trata de nombrar (…) Se nombra una cosa mediante otra que es su continente, o una parte de ella, o que está en conexión con ella” (p. 316) la metáfora y la metonimia, tal como lo devela Lacan, pone de semblante, la cuestión del sujeto, aquel que tiene la posibilidad de metaforizar, es decir, hacer uso del mecanismo de condensación que se manifiesta en el chiste y el lapsus pero a partir del cual, aparentemente no tendría lugar el neologismo; y el sujeto, que habla desde su posibilidad metonímica, desplazando, se diría, nombrando una cosa por otra.

Siguiendo la línea trazada por Lacan (2004) el neologismo encuentra su posibilidad en la metonimia, expresamente en el desplazamiento que caracteriza la formación delirante, “A nivel del significante, en su carácter material, el delirio se distingue precisamente por esa forma especial de discordancia con el lenguaje común que se llama neologismo” (p. 52) De ahí que se presuma, una estrecha relación entre la formación neológica y la producción delirante y más aún, entre la producción delirante y la evolución o acontecer de la cultura.

Lo anterior, no es suficiente para afirmar  de modo silogístico, que la evolución de la lengua y por tanto de una cultura se da por el resultado de la producción y función del delirio. Del otro lado,  plantearse la pregunta por ¿Qué función cumple el delirio en la evolución de la cultura? Constituye un galimatías difícil de dilucidar, puesto que, no son fácilmente ubicables o rastreables en la historia de la cultura, cualquiera que sea, todos los elementos necesarios para concretizar que se está frente a un fenómeno delirante, es ahí, cuando se halla una posibilidad de comprensión de la función del delirio en la cultura a partir de un “pequeño” apartado de esta cuestión y es precisamente, la formación y función neológica en la cultura y su relación con el delirio.

Como se ha venido mencionando, la posibilidad de evolución en la cultura se da a través del devenir en la lengua, es decir de la ampliación en la cadena significante, todo lo cual, nos pone tras las huellas del sujeto que podría llegar a “pervertir” o posicionarse de forma diferente e incluso por fuera del  S1 significante primordial y dado que su lugar no está inscrito en él, puede ser formador del neologismo. Someramente, el neurótico quedaría por fuera en sus posibilidades neológicas en tanto en él se encuentra instaurado el S1 y en un máximo de sus emergencias lograría metaforizar - condensar.

¿Qué es esto? ¿Un neologismo, un lapsus, un chiste? Es un chiste, seguramente, pero el hecho de que yo haya podido plantear las otras dos preguntas ya nos introduce en una ambigüedad, en el significante, en el inconsciente, el lapsus, y en efecto: ¿qué es lo que nos va a decir Freud? Reconocemos ahí el mecanismo de la condensación, materializada en el material del significante, una especie de embutido con ayuda de no sé qué máquina, entre dos líneas de cadena significante: "Salomón Rothschild me trató de un modo completamente familiar", y luego, por debajo —Freud hace también el esquema significante—, está el "millonario", y entonces está el ario de los dos lados, el mil también de los dos lados, eso se condensa, y en el intervalo aparece famillonario” (Lacan, 2007,25 )

El ejemplo propuesto por Lacan, puede ilustrar, en cierta parte,  la diferencia entre la palabra vacía y la palabra plena; famillonario, como producto de una condensación  respeta una estructura, permitiéndole entrar en la dialéctica del significante y la  significación, “la metáfora supone que una significación es el dato que domina y desvía, rige, el uso del significante” (Lacan, 2004, 313) dicho esto, el neologismo no entra en el campo de la condensación, o del otro lado, si respondiera a este orden, sería difícil de articular a la lengua desde una estructura neurótica, precisamente por la rectificación y la búsqueda del fantasma que es la significación.

Para que se produzca una ampliación en la cadena significante, se supone el ingreso de un nuevo significante (neologismo) una palabra vacía,  que constituya un significante “significante en tanto ejerce su función propia” (Lacan, 2004, 269) Función, que de acuerdo al planteamiento de Lacan, lo hace indestructible “mientras más no significa nada, mas indestructible es el significante” (Lacan, 2004, 265)

Es esta palabra vacía que se ubica al nivel del significante, la que puede encontrar una posibilidad de trascender en el devenir cultural, introduciéndose en la lengua y cobrando el lugar de lo que se denomina como neologismo y al cual se le atribuye la evolución de la cultura; en ese orden de ideas, cada elemento nuevo de la lengua  tiene una función directa con el acontecer cultural.

Referencias
                                                                                   
Alonso, A. (1972). Prólogo a la edición española. En Losada (Ed.), Curso de lingüística general (p. 7-30).  Buenos Aires: Losada.

Lacan, J. (2001). El seminario de Jacques Lacan. Libro 2.  El yo en la teoría de Freud y en la técnica psicoanalítica.  Buenos Aires: Paidós.

Lacan, J. (2004).  El Seminario de Jacques Lacan. Libro 5. Las Formaciones del Inconsciente 1957 -1958.  Buenos Aires: Paidós.

Lacan, J. (2007).  El Seminario de Jacques Lacan. Libro 3. Las Psicosis 1955 -1956.  Buenos Aires: Paidós.

Saussure, F. (1972).  ¿Qué es la lingüística? La Habana: Instituto cubano del libro.


[1] Psicóloga (2010) Fundación Universitaria Los Libertadores. Joven Investigadora, grupo Psicosis y Psicoanálisis. Email. aamgonzalezj@libertadores.edu.co