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viernes, 9 de abril de 2010

CASO REIJ

Fecha: Medellín. 1998.

Nombre: Reij. (Hombre)

Sexo: Masculino

Edad: 17 años

Escolaridad: Bachiller

Ocupación: Mesero



Reij llega, por intermedio de la guía telefónica, pidiendo le sea practicada una prueba de inteligencia; pues, piensa que tiene algunas capacidades algo extraordinarias. Aduce no tener dinero. Se le aplica la prueba de inteligencia mostrando un coeficiente intelectual normal al promedio. Por algunas deficiencias en las subpruebas de atención y concentración se le recomienda aplicar una prueba de personalidad; en ésta aparecen rasgos acentuados de esquizofrenia y paranoia.

Al comunicarle el análisis de los resultados de las pruebas, especialmente la de personalidad, Reij refiere algunas experiencias que son las que realmente lo han llevado a consultar. Dice que ha logrado el desdoblamiento en sueños. Su espíritu abandona su cuerpo y puede hacer viajes astrales, logrando ver la tierra desde arriba. También, haber podido leer el pensamiento a una persona; señala que fue una experiencia de instantes, a la que él mismo no podía dar crédito. Otra experiencia que recuerda es haber predicho el daño de una película de video con sólo mirar el casete. Con estas referencias Reij muestra su interés por una terapia, con el fin de saber lo que le está sucediendo. Sigue insistiendo en no tener dinero; pero, cree que sus capacidades, al ser estudiadas, pueden traer beneficio al terapeuta y a la ciencia; por tanto se brinda como objeto experimental, en contraprestación a la ayuda que se le pueda brindar. Reij refiere que estas experiencias comenzaron desde muy niño; sufriendo de enuresis nocturna, una vez, quiso no volver a orinarse y pudo claramente deslindar, (en estado onírico), lo que era sueño de la realidad; de esa manera logró detener la orina en el mismo sueño.

En la primera sesión se muestra algo desconfiado y expectante. Su único logro, en la sesión, relata, es sentir “el movimiento como de un columpio”. Al comunicársele la suspensión de la sesión, señala sus temores de que algo malo le pueda suceder al acercarse a secretos oscuros de su vida. Refiere, entonces, experiencias extraordinarias que ha tenido, las cuales no quería comentar por miedo a que el terapeuta lo tachara de loco; igualmente, complementa con otros detalles las experiencias que ya había narrado.

Señala que ha tenido contactos con un espíritu, quien es su guía espiritual. Este espíritu, (hombre), le ha dicho que en la casa donde Reij habita, existe una mujer que quiere hacerle daño, que se llama Anita. Reij corrobora que efectivamente en el piso de abajo, (él vive en el tercero), vive una señora casada, que se llama Anita, que tiene una hija. Según Reij, el espíritu le dijo que la hija de Anita está poseída por un demonio y que la intención es que este demonio pase al cuerpo de Reij. Para mostrar la veracidad de las revelaciones el espíritu le hizo saber que, en esos precisos momentos, en los que ellos se encontraban hablando, Anita estaba esperando en la sala, viendo televisión, semidesnuda, a que Reij bajara para que la amara. No obstante, el espíritu no lo iba a dejar bajar porque sabía que le podrían hacer daño. Efectivamente, Reij escuchó cómo la puerta de la calle se abría y llegaba el esposo de Anita. El pensaba: qué habría sucedido si el espíritu lo deja bajar y el esposo lo hubiese encontrado allí.

Reij es un enviado especial de Dios, según se lo confesó el espíritu guía, y la prueba está en que ha tenido una visión. El espíritu le dijo que saliera de la habitación y mirara al cielo; así lo hizo y vio cómo las nubes se movían de forma extraña; sintió un deseo intenso de girar, media vuelta sobre sí mismo, y mirando de nuevo al cielo percibió claramente una cruz. El espíritu le ha dicho que debe mantener una cruz en su cuarto; por tal motivo ya compró una. Reij tiene ahora claro, que es un hombre bueno, señalado por Dios para ayudar a la gente; Reij siente que algo terriblemente malo para el hombre se está gestando. Lo que no sabe todavía es que es, exactamente, eso malo que se está preparando.

Junto con la cruz Reij debería comprar una biblia, porque así lo ordenó el guía espiritual. Cuando fue a comprarla, al momento que el dependiente fue a pasar la biblia a las manos de Reij, la lámpara, que los alumbraba, se apagó por un instante y de forma misteriosa. El dependiente que lo atendía miró a otro de sus compañeros cómo interrogándolo, posteriormente los dos miraron a Reij de forma extraña. Al consultar posteriormente al guía espiritual, este le dijo que era una prueba que Dios le había puesto; que ahora Dios estaba seguro de que Reij era un buen hombre, porque no se había amilanado ante lo sucedido.

Reij también ha invocado a Nostradamus, le ha preguntado cómo hizo para poder profetizar cosas tan exactas; Nostradamus le ha devuelto la pregunta diciéndole que cómo se imagina que lo hizo. Reij le ha respondido que viajando al futuro, ya que es la única forma de lograr proezas tan grandes; Nostradamus le ha dicho que sí pero que también hay otras formas, (no le ha dicho cuales son esas otras formas).

Reij recuerda que al hacer uno de los desdoblamientos, cuando iba ascendiendo en su viaje astral, una bruja, (al principio no sabía sí era bruja o espíritu; ahora sí está seguro), le dijo que se iba a apoderar de su cuerpo. Al escuchar esto, Reij regresó rápidamente donde estaba su cuerpo y por unos “largos instantes” no pudo entrar a él; era como si alguien se lo impidiera.

Reij a veces duda de todas estas experiencias y se encuentra en el dilema de creer o no creer. Piensa que ha perdido mucho de su potencial extrasensorial, debido a una deuda de dinero que adquirió hace unos dos años; cosa que lo ha dejado extenuado, debido a la presión a que estuvo expuesto hasta que logró pagarla.

Reij es de raza negra, pertenece a los barrios bajos de Popayán; su madre es bastante activa mientras su padre es bastante pasivo, refiere; es el mayor de tres hermanos. Terminó su bachillerato y se vino a la capital en busca de un mejor futuro en sus estudios y cuestiones de trabajo. Al llegar a Medellín, trabajó en la fábrica de armas del ejército, y también como vendedor independiente de libros y casetes (donde adquirió la deuda de la cual hace mención). Le gusta y aprendió a tocar la batería; compró una con sus ahorros, dictó algunas clases de este instrumento en su casa. En la capital siempre ha vivido en pequeñas habitaciones de alquiler. En el momento se encuentra trabajando como mesero en un restaurante y hace algunos turnos de portero en una discoteca los fines de semana. Está cursando primer semestre de ingeniería biomédica.

Reij ha seguido haciendo contactos con espíritus y en una de las sesiones hace una demostración de la facilidad que tiene para ello. Sentado frente a un escritorio, pide que se le brinde una hoja de papel; sobre ésta coloca la punta del lapicero, que sostiene con su mano en posición de escribiente, y comienza la invocación: “pido al señor creador que me permita comunicarme con el espíritu de Nostradamus, pido a mi espíritu guía no permita que otros espíritus se apoderen de mi cuerpo”; esta sentencia la repite por tres veces, (posteriormente explica que es para cerciorarse que los espíritus malos no le hagan daño). Seguidamente comienza a deslizar su mano en movimientos circulares cambiando la velocidad intermitentemente. Empieza a verbalizar la conversación, que tiene con el espíritu, en la medida que la escribe sobre el papel. “Eres realmente Nostradamus”, pregunta, y el espíritu corrige diciendo ”Michael de Nostradamus”. Nostradamus le pide que no lo vuelva a invocar y que lo ayude porque se está degradando. Luego del encuentro con el espíritu Reij explica que cuando los espíritus hacen algo que no les es permitido por el creador, son degradados y pierden su estatus en ese mundo donde se encuentran; de esta manera explica el pedido que hace Nostradamus. Reij pregunta, al terapeuta, a quien más se podría invocar; el terapeuta pide que se comunique con Sócrates. Reij pide una nueva hoja y con el mismo ritual invoca al espíritu. Sócrates le pide que le diga porque razón lo ha invocado, y Reij le responde que su deseo es saber en que se basó para crear su método mayéutico. El espíritu responde que se basó en el péndulo de Aquimeda. El espíritu insiste en que le diga cuál es la verdadera razón por la cual lo invocó. A petición del terapeuta, le hace la pregunta de porqué no escribió jamás; el espíritu responde que el creador no se lo permitió y además porque sabía cosas muy terribles que no se podían decir.

Reij explica que los espíritus hacen presentes a los médiums y que en varias ocasiones los ha pedido. -Sabe, porque lo ha leído, que las donaciones que hacen son en flores o minerales y que provienen de un líquido especial que tienen los médium- . No le han dado nada hasta ahora.

Reij comenta que ya tiene un borrador del libro que piensa publicar, relacionado con todas estas experiencias que está viviendo. Le ha consultado a su espíritu guía y éste le ha respondido que por ahora, todo lo que ha escrito puede ser publicado, pero que hay cosas que jamás se podrán publicar. Reij está preocupado porque los espíritus a veces mienten y el todavía no ha podido saber cuándo dicen la verdad y cuándo no. Cuenta que en la casa, donde vive, hicieron un robo y él decidió comunicarse con su espíritu guía para que le señalara quien había sido el culpable. El espíritu le dijo que, con seguridad, era un vecino que tenía los objetos robados en la habitación donde dormía. El espíritu obligó a Reij a que fuera hasta donde los damnificados del robo, les contará quien había sido y lo que tenían que hacer para recuperar las cosas perdidas. Acto seguido fueron hasta donde estaba el supuesto ladrón; le requisaron toda la habitación sin encontrar los objetos robados. Reij siente vergüenza por el “oso” que le hizo pasar el espíritu guía. Posterior a estos sucesos Reij se volvió a comunicar con su espíritu guía y le pidió explicaciones sobre estas mentiras. El espíritu le insistió en que el vecino era el ladrón. Situaciones como estas son las que tienen desconcertado a Reij, y no entiende la razón por la cual los espíritus deban mentir.

Reij relata que ha tenido un comunicado directamente con Dios, en el cual le informa que el planeta tierra va a ser arrasado por otro planeta, que es tres veces más grande que éste; algo particular de este nuevo planeta es que nadie lo puede ver y nadie más que Dios lo puede detener para así evitar la catástrofe. Según refiere, Dios está disgustado por el comportamiento que ha tenido el hombre desde sus comienzos y por tal motivo va a exterminar esta generación y creará una nueva clase de hombres que cumplirá con los mandatos de él. Reij ha sido designado por Dios para que guíe esta nueva clase de hombres y promulgue el mensaje de arrepentimiento; nadie podrá agredirlo porque está bajo la protección del supremo, gracias a que ha sido el único que ha cumplido con su voluntad. A Reij se le ha permitido conocer parte de lo que es el infierno, pero no se le permite divulgar lo que vio allí. En el mismo mensaje, Dios le informa a Reij la razón que tuvo para exterminar los dinosaurios y la relación que ha mantenido con el demonio. El demonio fue creado por Dios a través de Belcebú, quien no quiso nunca ser la madre de este malo entre los malos, que quiso confabularse con los mil demonios para matarla. El demonio estuvo presente cuando Dios creo el hombre; Dios se dio cuenta a los cinco días de haberlo creado, que esta obra no era buena, porque pedía insaciablemente y quiso destruirlo de nuevo, pero el demonio le dijo que no lo destruyera que lo dejará vivir. Reij muestra un escrito, el cual dice es, una transcripción del mensaje que le fue dado por Dios; este mensaje debe ser divulgado por todo el mundo y en todos los idiomas. Reij sabe que le será difícil cumplir por no tener acceso más que al español y al inglés, no obstante cree suficiente si logra publicarlo en estos dos idiomas. Ha sacado diez copias del escrito y las ha empezado a distribuir en diferentes partes, tales como iglesias, editoriales y medios de comunicación. Lo que más preocupa a Reij es no saber que va a suceder con él después de esta experiencia, pues sabe que ya no será normal y puede ser tachado de loco por la gente. Piensa que entre las alternativas posibles está el recluirse en un monasterio; aislarse, como ha sido su tendencia desde pequeño. Todo esto que le ha sucedido, confirma a Reij las sospechas que ha tenido desde el mismo momento de su nacimiento: que vino para hacer algo especial en este mundo. Señala su decisión de asumir los riesgos al emprender una tarea de este tipo, pues por un lado, no duda en ningún momento de la veracidad del mensaje y de su transmisor; además sería mucho más terrible si callara y le pasara algo a la humanidad debido a su cobardía. Algo que lo reconforta es saber que ya Nostradamus había hablado del nuevo planeta en sus profecías; también el ver nuevos, y antes desconocidos, aportes tales como la forma como fue creado el hombre y la desaparición de los dinosaurios.

Reij vuelve tres días después refiriendo sentirse menos tensionado debido a que ya ha sido eximido de la tarea que le había sido impuesta de divulgar el mensaje de Dios. Comenta que se reunió con otras personas que dicen tienen conocimiento de los mensajes de Dios y de sus enviados. Ellos pusieron en duda el mensaje recibido por Reij. Le indicaron que por lo general esos mensajes son dados por demonios que usurpan la identidad de Dios. Le argumentaron que el mensaje habla de iglesias, cuando la biblia jamás las ha nombrado; además ven muchas contradicciones en los apartes. Reij les hizo una defensa de la autenticidad del mensaje pero ellos terminaron creando ciertas dudas en él. Después de este encuentro Reij se comunicó de nuevo con Dios y éste le respondió que el mensaje era falso y que por tanto lo rompiera, cosa que hizo inmediatamente. No obstante, después de haberlo roto, se dio cuenta que quien le había dado la orden de romper el mensaje era un demonio que había usurpado el puesto de Dios. Cuando se comunica directamente con Dios, él lo recrimina por haber roto el mensaje, Reij se arrepiente y le pide perdón, logrando la benevolencia de Dios, quien le dice que, en vista de las dificultades que ha tenido al divulgar el mensaje, lo mejor es que no lo siga divulgando más que aquellos que deseen escucharlo y especialmente a su familia.

Reij explica nuevos apartes de cómo le fue dado el mensaje por Dios. Señala que en un primer momento Dios le indicó que escribiera que Reij era Jesucristo su hijo único. Cosa que fue rechazada por Reij, quien le aclara a Dios que esto no podía ser bajo ninguna circunstancia, Dios le insiste y Reij rechazaba este calificativo, hecho por el mismo Creador. En vista de su renuncia a este título, Dios lo llama “mi segundo hijo”, argumento nuevo que es rechazado por Reij, quien explica a Dios la inconsistencia de llamarlo “segundo”, pues si Jesucristo era su “único hijo” no podría existir otro hijo. Este argumento es aceptado por Dios quien decide entonces que Reij sea señalado en adelante como el “enviado de Dios”.

Reij toma como argumentos de la veracidad de que Dios le dio el mensaje, algunos acontecimientos, para él significativos. El hecho que se le hubiese ocurrido sacar diez copias, que concuerda con el hecho de que el escrito tenga diez apartes y exactamente diez páginas. El hecho “inusual” de que al sacar una replica fotoscópica del mensaje, la primera hoja se arrugara en dos ocasiones distintas, además de la aparición en las demás hojas fotocopiadas, de ciertas rayas que, según él, no se pueden aducir a imperfecciones de la máquina. Otro hecho que ayuda a verificar la autenticidad del mensaje es que cuando Reij lo recibe en limpio, después de mandarlo a tipografiar, se encuentra con un señor que lo pone en comunicación directamente con los expertos en mensajes y enviados de Dios. Uno más a su favor, es el hecho como consiguió el dinero para sacar las copias, obtenido a partir de un mal cobro que le hizo a un cliente en el bar donde trabaja. El excedente del dinero cobrado de más, sirvió para este fin. Así como también le sirve de apoyo el fenómeno, muy raro para él, surgido cuando fue a entregar una copia a un lugar de aquellos en los que estuvo distribuyendo el mensaje: el teléfono sonó por varias veces y en ninguna de las veces que contestó quien lo atendía, respondió persona alguna al otro lado; unido a este detalle, recuerda Reij que en otro lugar, cuando entregaba el mensaje, sintió como si temblase la tierra.

Reij asiste de nuevo a consulta después de veinte días de ausencia, señala que ahora está interesado en conocer la fisiología de los sueños y le gustaría ponerse en contacto con un neurólogo que lo pueda asesorar y le permita ser motivo de experimentación. Ha estado haciendo averiguaciones, por su cuenta, en la biblioteca y ya ha logrado buen material, que trae a la sesión. Su punto de atención está en lograr mediante un proceso hipnótico un “tercer estado” en donde pueda visualizar y percibir enteramente todo lo que sucede a su alrededor mientras está dormido. De sus experiencias mesiánicas, refiere que ha decidido dejarlas de lado porque ha visto que pueden ser muy peligrosas y él no está preparado para tanta tensión.

Reij, recordando que cuando pequeño practicó el juego de la “güija”, refiere un hecho anecdótico, que hoy le causa mucha risa pero que a la vez le permitió alejarse de ese instrumento. Según comenta, con su hermano estaban invocando espíritus en el dormitorio que compartían, uno se manifestó y luego pudieron constatar, era un espíritu malo que no quería abandonar el cuarto, ellos le daban ordenes para que se fuera pero éste se resistía; estando en la discusión, la cama, y todo a su alrededor, empezó a temblar quedando Reij y su hermano paralizados del miedo, sin poder moverse o hacer algo. No saben cuanto tiempo pasó antes de escuchar las voz de su madre, desde afuera de la casa, que les gritaba desesperada que por favor salieran rápido porque estaba temblando la tierra. Cuando lograron salir todos los vecinos estaban en la calle, miedosos de entrar a las casas por temor a otro movimiento telúrico.


 


viernes, 11 de diciembre de 2009

FORMACION DEL ESTUDIANTE DE PSICOLOGIA DESDE LA VERTIENTE PSICOANALÍTICA PARA LA CLINICA

FORMACION DEL ESTUDIANTE DE PSICOLOGIA DESDE LA VERTIENTE PSICOANALÍTICA PARA LA CLINICA
Jairo Báez
Magister en Psicoanálisis
Universidad de León – IAEU
Docente
Fundación Universitaria Los Libertadores

¿Se está formando al estudiante de psicología para intervenir desde una concepción clínica psicoanalítica en la modalidad curricular actual y en el contexto propio de la práctica psicológica en Colombia?

La respuesta de plano es no pero con añoranza de que así sea en un futuro no muy lejano. No se forman psicólogos clínicos desde una vertiente psicoanalítica por varios factores que remiten a otros tantos agentes que ponen en imposibilidad una empresa tal que tenga como centro la clínica del sujeto.

Un factor, el psicoanálisis mismo no está interesado en formar clínicos desde la academia formal universitaria. La manera como se forma un clínico desde el psicoanálisis tiene otros derroteros, que empiezan e implican un trabajo personal y con plazos tal vez largos que los acortados trazos para hacer un profesional competente, propios de la rentabilidad de la universidad neoliberal de hoy. En la misma línea, el psicoanálisis no está interesado en el servicio a la normatividad imperante, cosa que haría inentendible su razón de ser en tanto el statu quo promueve un individuo productivo y menos molesto a las expectativas de la ideología y la normatividad imperantes. El deseo del psicoanálisis de velar por un sujeto capaz de decidir su sino más allá del dictado del Otro, hace que su propuesta se decida como subversiva, cuando no terrorista para aquellos que ostentan el poder de predecir y controlar la conducta humana.

Un segundo factor, que profundiza parte del primero, versa sobre la obligatoriedad de cumplir las normas instituidas, en tanto delimitan lo que se va a entender por salud mental y el ceñimiento a criterios de competencia propios de dichas normas pero alejados de la concepción de sujeto y la salud mental que promueve el psicoanálisis. A este momento el escucha ya debe estar preguntándose si acaso el psicoanálisis no normatiza y quizá no está al servicio del establecimiento. Desde acá se le puede contestar que no se puede homologar el psicoanálisis con los desarrollos de la escuela del yo y otras propuestas propias de la positivización del mismo, tales como la terapia breve y otros intentos más que se encuentran en la historia, caso propio el de Beck[1] al querer probar que el psicoanálisis en cierto. Si el psicoanálisis sigue en su promoción de la comprensión, más allá de la operativización del sujeto y las acciones, no podrá responder a la andanada de protocolos que hoy forman parte de la práctica de la psicología clínica amparada en su anexión al área de la salud, entendida y homologada con la práctica médica. Para el psicoanálisis el cambio que se opera en un sujeto es un accidente y no tanto un fin perseguido. El accidente tarde o temprano se da, pero si es accidente, éste no es controlable ni predecible.

Un tercer factor que complementa el segundo es el malentendido que sigue imperando en torno a lo que es la clínica. La clínica remite a un método de investigación que trae consigo una intervención que delata las causas, que arroja verdades; es el estudio de caso, el caso clínico lo que define la clínica; no es el lugar donde se haga, las cosas que se hagan, ni los profesionales que lo hagan. Sigue siendo un imaginario frecuente asumir que el psicólogo clínico es un seudo-médico y que debe seguir la práctica médica más no la lógica médica. Hablar de una práctica clínica con protocolos de procedimiento a priori es ir en contravía con la misma concepción clínica. En tanto el psicoanálisis sigue fiel a la clínica en su definición primaria, no es posible formar un psicólogo clínico desde sus referentes teóricos, so pena de quedar desempleado mucho antes de empezar un proceso de selección. La clínica, y el caso clínico como método, lleva implícito que la realidad no es repetible, ni contrastable y que en lo que menos se puede fiar un investigador es en lo observable.

Un cuarto factor conexo con el anterior señala la dificultad de formar psicólogos clínicos desde la vertiente del psicoanálisis debido a los referentes de competencia que se instaran en el criterio de calidad de la salud actual. Una terapia centrada en la evidencia, que termina reducida a la seguridad de que un síntoma desaparece mediante un procedimiento dado, no es posible de mantener cuando se promueve una clínica que planta una evidencia no en el testigo externo sino en la subjetividad del directamente implicado: el paciente. En una clínica que pondera la especificidad y la concreción en un síntoma, se pierde la dimensión de lo que es un sujeto y la subjetividad que lo acompaña; el objeto del trabajo clínico psicoanalítico presupone que el síntoma señala que atrás de él existe un sujeto y atrás del sujeto una relación con otros sujetos y no obstante, cada uno ser dueño y capaz de decidir sobre su propio malestar.

Quinto factor a tener presente a la hora de señalar la imposibilidad de formar psicólogos desde la vertiente psicoanalítica, es la casi ausencia de asignaturas que le den tanto peso a la teoría psicoanalítica como se le da en los currículos a los modelos y enfoques de corte pragmático-conductual, espiritual-humanista, o sistémico-cognitivo. Allí, donde no han sacado el psicoanálisis del currículo formal, queda reducido a brindar una información básica, y muchas veces con más interés en el descrédito que en el potencial hacia el desarrollo humano que se puede encontrar en él.

Es normal escuchar al estudiante interrogar acerca de la utilidad del psicoanálisis: indudablemente la respuesta lo va a desencantar puesto que el psicoanálisis sirve para nada; ya se había dicho que el psicoanálisis no tiene la pretensión de hacer funcionar o hacer servir a nadie. Incluso, el solo pensar en el servicio y la utilidad de un sujeto sin reflexión alguna, es lo que hace que se dé inicio a la instauración de la clínica psicoanalítica. Es norma académica que viene de una norma que pierde su lugar de origen en un cosmos mucho más amplio: todo lo que se dicte en las academias de psicología debe servir: léase sencillamente, debe ser práctico y envasado en cómodos manuales de procedimiento. Hoy la reflexión, el libre flujo del pensamiento no es inquietud de la intelectualidad psicológica de nuestro contexto; hoy se quiere hacer, no pensar. El despotismo obrero que vaticinara Marx se ha hecho realidad: se quieren y se otorgan conocimientos para obrar, ninguna para dejar de hacerlo. Mientras eso suceda es muy difícil preparar a un estudiante para que haga clínica desde el psicoanálisis.

Si una lógica diferente se asumiera en algún lugar de la multitud de programas de psicología que proporcionan las universidades de nuestro país, es posible que lo que hoy es un imposible mañana sea una realidad: preparar un psicólogo para hacer clínica desde la vertiente psicoanalítica. Una lógica, al menos sustentada en el mandato hegeliano[2], de ser en sociedad por mera convicción de que no existe otro lugar donde ser sujeto y que ante esto no existe obligatoriedad externa que coapte el proceder humano, hará evidente la necesidad de una clínica psicológica psicoanalítica. La autonomía de sujeto en su decisión de participar de una sociedad por convencimiento propio y no por acatamiento de un control externo, hará necesario un nuevo formato de psicólogo clínico; en ese momento será justo nutrir al estudiante de psicología con psicoanálisis.

Hay promesas para esa lógica, y éstas hoy se encuentran por el lado de la investigación y por el lado las actividades extracurriculares tales como los semilleros de investigación. Será la investigación la que lleve a renovar los currículos muy bien armonizados a su interior pero poco efectivos al exterior. De las indagaciones a los efectos en la sociedad colombiana de la psicología clínica que hoy ofrecen las universidades, se podrá decidir el acierto o desacierto de dejar por fuera del concierto curricular formal la formación del estudiante en teoría psicoanalítica. La investigación será la única que permita una mutación en la hegemonía sospechosa de los contenidos en todas las universidades llámense éstas confesionales, laicas, liberales, conservadoras, posmodernas, etc.

Una psicología un poco más crítica y reflexiva con su lugar en la sociedad colombiana, marcada por problemas eternos a pesar de la ingente promoción de psicólogos, (cada nuevo año salen muchos más psicólogos que el año anterior), podrá decidir si mantenemos el establecimiento clínico psicológico o repensamos la razón de ser de la clínica psicológica. Seguir pensando la clínica psicológica dentro de las cuatro paredes propicias para un consultorio médico, es perder la fe en el potencial de las teorías, modelos y técnicas psicológicas. De no pensar un clínica psicológica escolar, familiar, social, cultural etc., con procedimientos acordes a los problemas y no a los reconocimientos de los pares, el aplazamiento de una clínica psicológica con vertiente psicoanalítica se mantendrá.

Referencias

Beck, A; Rush, A. et al. Terapia cognitiva de la depresión. Bilbao: Desclee de Brower. 1983
Hegel, G. F. Fenomenología del espíritu. Madrid: Alhambra. 1986.
[1] Beck, A; Rush, A. et al. Terapia cognitiva de la depresión. Bilbao: Desclee de Brower. 1983
[2] Hegel, G. F. (1986). Fenomenología del espíritu. Madrid: Alhambra.

jueves, 19 de noviembre de 2009

¿DEBE ENSEÑARSE EL PSICOANALISIS EN LA UNIVERSIDAD?

¿DEBE ENSEÑARSE EL PSICOANALISIS EN LA UNIVERSIDAD?

Sigmund Freud

(1919)

La cuestión de si conviene, o no, enseñar el psicoanálisis en la universidad puede ser abordada desde dos puntos de vista: el del análisis mismo y el de la universidad.


1. Es indudable que la incorporación del psicoanálisis a la enseñanza universitaria significaría una satisfacción moral para todo psicoanalista, pero no es menos evidente que este puede, por su parte, prescindir de la universidad sin menoscabo alguno para su formación. En efecto, la orientación teórica que le es imprescindible la obtiene mediante el estudio de la bibliografía respectiva y, más concretamente, en las sesiones científicas de las asociaciones psicoanalíticas, así como por el contacto personal con los miembros más antiguos y experimentados de estas. En cuanto a su experiencia práctica, aparte de adquirirla a través de su propio análisis, podrá lograrla mediante tratamientos efectuados bajo el control y la guía de los psicoanalistas más reconocidos.

Dichas asociaciones deben su existencia, precisamente, a la exclusión de que el psicoanálisis ha sido objeto por la universidad. Es evidente, pues, que seguirán cumpliendo una función útil mientras se mantenga dicha exclusión.

2. En lo que a la universidad se refiere, la cuestión se reduce a verificar si, en principio, está dispuesta a reconocer al psicoanálisis alguna importancia en la formación del médico y del hombre de ciencia. De ser así, tendrá que resolver la manera de incluirlo en el conjunto de su enseñanza.

La importancia del psicoanálisis para la formación médica y universitaria se basa en lo siguiente:

a. Con justa razón, en los últimos decenios se ha criticado la formación del médico por orientar unilateralmente al estudiante hacia la anatomía, la física y la química, dejando de señalarle, en cambio, la importancia que poseen los factores psíquicos en las manifestaciones vitales, en la enfermedad y en el tratamiento. Tal laguna de la formación médica se hace sentir más tarde como un flagrante defecto en la actuación profesional, que no sólo se expresa en la falta de todo interés por aquellos problemas que son, precisamente, los más interesantes en la existencia del ser humano, sea sano o enfermo, sino que también entorpece la acción terapéutica del médico, al punto de que el enfermo se mostrará más susceptible a la influencia de cualquier curandero o charlatán.

Tan sensible defecto de la enseñanza indujo, hace ya bastante tiempo, a incorporar cátedras de psicología médica en los planes de la misma, pero mientras los cursos dictados se basaron en la psicología escolástica o en la experimental -dedicada a un enfoque sólo fragmentario-, no podían satisfacer las necesidades planteadas por la formación del estudiante ni podían librarle acceso a los problemas de la vida y de su profesión. Por tales razones, dichas formas de psicología médica no lograron mantener su plaza en los planes de enseñanza.

La creación de una cátedra de psicoanálisis, en cambio, bien podría responder a estas demandas. Antes de exponer el psicoanálisis mismo, sería necesario un curso de introducción dedicado a tratar las relaciones entre la vida psíquica y la somática, fundamento de cualquier tratamiento psíquico, a enseñar todas las formas de la terapia sugestiva, demostrando que, en última instancia, el psicoanálisis constituye el término y culminación de toda psicoterapia. En efecto, comparado con todos los otros sistemas, el psicoanálisis es el más apropiado para trasmitir al estudiante un conocimiento cabal de 1a psicología.

b. Otra de las funciones del psicoanálisis consiste en ofrecer una preparación para el estudio de la psiquiatría. En su forma actual, esta tiene un carácter meramente descriptivo, pues sólo muestra al estudiante una serie de cuadros clínicos y lo faculta para distinguir, entre ellos, los que son incurables o los que revisten peligrosidad social. Su única vinculación con las demás ramas del saber médico reside en! la etiología orgánica y en las comprobaciones anatomopatológícas, mientras que no facilita la menor comprensión acerca de los hechos observados. Sólo la psicología profunda puede suministrar tal comprensión.

En la medida de mis informaciones, en Estados Unidos ya se ha reconocido que el psicoanálisis -primer ensayo de psicología profunda- aborda con éxito dicho sector aún irresuelto de la psiquiatría. Por consiguiente, en muchas escuelas médicas de dicho país díctanse cursos de psicoanálisis como introducción a la psiquiatría.

La enseñanza del psicoanálisis habría de desarrollarse en dos etapas: un curso elemental, destinado a todos los estudiantes de medicina, y un ciclo de conferencias especializadas, para médicos psiquiatras.

c. Al investigar los procesos psíquicos y las funciones mentales, el psicoanálisis se ajusta a un método particular, cuya aplicación en modo alguno está limitada al campo de las funciones psíquicas patológicas, sino que también concierne a la resolución de problemas artísticos, filosóficos o religiosos, suministrando en tal sentido múltiples enfoques nuevos y revelaciones de importancia para la historia de la literatura, la mitología, la historia de las culturas y la filosofía de las religiones. Por consiguiente, dicho curso general habría de ser accesible asimismo a los estudiantes de tales ramas de la ciencia. Es evidente que la estimulación de estas últimas por las ideas analíticas contribuirá a crear, en el sentido de la universitas literarum, una unión más estrecha entre la ciencia médica y las ramas del saber que corresponden al ámbito de la filosofía.

En síntesis, cabe afirmar que la universidad únicamente puede beneficiarse con la asimilación del psicoanálisis en sus planes de estudio. Naturalmente, su enseñanza sólo podrá tener carácter dogmático-crítico, por medio de clases teóricas, pues nunca, o sólo en casos muy especiales, ofrecerá la oportunidad de realizar experimentos o demostraciones prácticas. A los fines de la investigación que debe llevar a cabo el docente de psicoanálisis, bastará con disponer de un consultorio externo que provea el material necesario, en la forma de los enfermos denominados «nerviosos», mientras que para cumplir la función asistencial de la psiquiatría deberá contarse además con un servicio de internación.

Cabe atender a la objeción de que, con la enseñanza aquí esbozada, el estudiante de medicina nunca podrá aprender cabalmente el psicoanálisis. Efectivamente es así sí encaramos el ejercicio práctico del análisis, pero para el caso bastará con que aprenda algo del psicoanálisis y lo asimile. Por otra parte, la enseñanza universitaria tampoco hace del estudiante de medicina un cirujano diestro y capaz de afrontar cualquier intervención. Ninguno de los que por vocación llegan a la cirugía podrá eludir, para su formación ulterior, el trabajar durante varios años en un instituto de la especialidad.