El origen del lenguaje no se estableció por convención, sino que la propia naturaleza del hombre, que en cada pueblo experimenta sentimientos y recibe impresiones particulares, exhalaba el aire de forma personal bajo el impulso de cada uno de aquellos sentimientos o impresiones, y también según las diferencias producidas por la diversidad de los lugares habitados por los pueblos. Más adelante, y de común acuerdo, cada pueblo estableció sus expresiones particulares para poder comprenderse mutuamente con mayor claridad y concisión. Y, cuando un experto introducía una noción desconocida, le atribuía un nombre determinado por la pronunciación que el instinto natural le indicaba, o bien elegido por una razón que escogía el motivo más poderoso para adoptar aquella denominación.
Fuente: Epicuro. (1994). Obras. (Trad. Montserrat Jufresa). Barcelona. Altaya.
Fuente: Epicuro. (1994). Obras. (Trad. Montserrat Jufresa). Barcelona. Altaya.
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