UN MUNDO DE ILUSIONES
Por: David Mira Vergel
Las épocas difíciles en la humanidad no son para mi una cuestión del presente, estas épocas han existido siempre y en nuestra historia podemos ver que el salvajismo y el instinto han traspasado los limites de aquella razón y aquellos sueños utópicos que hoy amamos tanto, no se puede negar que somos victimas de nuestra propia creación llamada civilización, civilización que se ha transformado en apariencia mas no del todo en esencia , y que hoy nos muestra mas claramente la cultura depredadora en la que vivimos los seres humanos, frente a la cual todo ser humano corre sin dirección, sin sueños, nada mas con el deseo de sobrevivir ante la crudeza de un mundo cada vez mas monstruoso, ante el cual las voces de desesperanza no se hacen esperar, y el acto de pensar es una de las mayores prohibiciones, pues como dice una frase muy coloquial “el que piensa pierde” ¿Y cuando todo esta perdido no queda mas que aceptarlo? Lamentablemente la respuesta que me da la sociedad en la que vivo es un si rotundo. Frente a tanto dolor he visto como lo más desastroso deja de doler ¿Por qué? Tal vez el ser humano cansado de su realidad ha adoptado el dolor como un habito de cada día, ante el cual lo mejor es la indiferencia y la insensibilidad, y no se puede negar que el ser humano de hoy ha sufrido mucho, y si nos centramos en un el contexto colombiano podemos ver que el dolor no es poco, y ya ante tal saturación del mismo ya no hay mas fuerzas para soportar, y es en este momento cuando las realidades alternativas, y los sueños de otros crean una gran psicosis colectiva de la que todos somos participes, cansados del dolor se emprende un escapismo hacia otra realidad más cómoda en la cual no sea necesario pensar ni alterarse por los sufrimientos de este mundo, pero llega el punto en que me pregunto ¿Qué es lo real en este mundo que ha sobrepasado sus propios límites? La modernidad nos dice que lo real está en el imperio de la razón , y que es el ser humano un receptor de la realidad y a la vez un creador de la misma, pero esta versión resulta cuestionable, al ver como aquel ser humano de hoy no se inmuta con la muerte y violación de varios niños, o con la desaparición de personas sin ninguna explicación, pero al contrario se altera completamente con el asesinato de un sacerdote la quema de una iglesia, y con esto no afirmo que una situación sea más terrible que la otra, con esto afirmo la hipócrita moral de una sociedad psicótica, que centra su atención en los avatares de su realidad alterna perdiendo la sensibilidad en otros campos en los que la realidad ofrece con crudeza gran crueldad.
Y la sociedad de hoy me llega a parecer una sociedad con espíritu de delincuente fugitivo, buscando olvidar la espada de Damocles que se suspende sobre su cabeza, a través de sus nuevas realidades, y aquí podemos ver como se logra leer entre líneas en el documento del doctor Jorge Mario Karam, cómo solo es necesario un simple momento y unas condiciones desalentadoras para que la psicosis entre en acción en una sociedad, y que si no es esto cierto, ¿Cómo explicar la manera en que el colombiano del común finaliza el año? Soportando las situaciones socio- económicas mas crueles, y tratando de auto complacerse con los pocos beneficios que una sociedad insensible le da, sin trabajo y sin progreso, pero gastando y gastando licor, comida y regalos, con la ilusión de que siguiendo en el mismo empleo y con la ascensión de un nuevo mandatario al cual obedecer, sus sueños llegarán a ser realidad. O veamos el tan interesante ámbito de la virtualidad, en donde lo que es y no es psicótico está dividido por una muy delgada línea, allí en ese ámbito de la virtualidad esta el cielo y el infierno que los Teo centristas han buscado por tanto tiempo, ¿Es otro mundo? En mi opinión sí lo es, de hecho la tan cuestionada enfermedad de las personalidades múltiples en esta meta-realidad adquiere un punto más firme, pues en este mundo un ser sentado frente a su ordenador puede ser demasiadas cosas, puede ser todos los sujetos que desee ser, incluso los que en apariencia pueden ser más ajenos a él, y si no suena esto creíble, valdría la pena hacer una investigación sobre los juegos de rol, y no hablo de aquellos en que el sujeto maneja un personaje en un mundo creado por algún programador, aunque estos también merecen atención, hablo de aquellos juegos en que es el sujeto quien crea el personaje, ámbito en el cual se puede observar como un sujeto crea un sin número de personajes diferentes, y a la vez los interpreta a través de narraciones siendo consecuente con los arquetipos de personalidad con los que decidió crear tales personajes, tal vez y es muy posible que me equivoque al decir que este es un acercamiento a las personalidades múltiples, que parecen hoy en día un mito de las ciencias de la salud, pero sí es para mí claro que aquí se observa la psicosis, una psicosis que no solo se ha limitado a ese mundo virtual, pues en la red no son pocos los casos de sujetos que llevan las dinámicas de estos juegos a la realidad y terminan efectuando ante otro sujeto, lo que solo dentro del juego está permitido, y no solo en esto se expresa el aliento de la psicosis, chats, foros, y demás creaciones de la virtualidad, nos muestran personas con una personalidad completamente diferente a la que muestra en las dimensiones de la realidad no virtual, aunque la realidad virtual en mi opinión no es una identidad en si misma, si no la sombra de la realidad convenida por la civilización, una sombra en cuya cartografía amorfa se ven en ocasiones los deseos asfixiados de la realidad convenida socialmente.
Ahora bien, dije antes que solo se necesitaba un momento especial para la psicosis, el momento en que el ser humano está desorientado frente a su realidad y el rumbo de su vida, es preciso para que un solo soñador, como veríamos desde el psicoanálisis “un sujeto con delirios psicóticos” tome las riendas del porvenir de una sociedad, ¿Se ha visto esto reflejado? En mi opinión un gran número de veces, pero me parece mejor remitirme a Adolfo Hitler un sujeto que en sus delirios aprovecho una Alemania débil, para pasar por encima de las leyes, todo por el bienestar de la nación y la pureza de la raza aria, y a partir de esto hago la hipótesis, -pues no me puedo encontrarme totalmente seguro, podría ser el mas grande error de los errores- , de que muchas revoluciones y conflictos han sido resultantes de un sujeto con ideas delirantes. Y podemos ver apelando de nuevo a los alemanes como la psicosis entra de nuevo en movimiento dentro de la sociedad, cuando tiempo después de aquel holocausto, la esvástica se convirtió para los alemanes en un signo más aterrador que una cruz al revés para los más fervientes católicos, el nombre Adolfo y muchas cosas que pudieran referenciar a la época del Nacional Socialismo fueron “Olvidados” y es mejor no decir olvidados, si no mas bien por un contrato social y cultural, se pensó que era mejor no hablar del tema. Ante esta situación veo adecuado citar a Carl Gustav Jung, y a su tan renombrado inconciente colectivo, ¨En Jung el inconsciente es colectivo, poblado de imágenes que simbolizan experiencias (universales) de la humanidad. Lo que verdaderamente expresan tales experiencias son los radicales permanentes de la personalidad humana”(1) pues este concepto nos muestra claramente, como algo que dejó una mancha en la historia, y en el aparato anímico de esta nación solo es un secreto negro que prefieren omitir de su historia .
Ahora bien el documento de el doctor Jorge Mario Karam me remite al concepto de inclusión social, un concepto que genera bastantes cuestionamientos en mí, que veo necesario expresar en este ensayo, en aquel documento veo como se pretende hipotéticamente -pues todavía no se pone de concreto una alternativa para tal fin- hacer al psicótico funcional con la psicosis de su sociedad, intentando que el único método no sea la vigilancia extrema de aquel sujeto, pero ahora entra mi cuestionamiento ¿Qué tanto podemos llegar a predecir al psicótico? Si algo he aprendido en mis clases de psicoanálisis articulándolas con la realidad, es que el psicótico todavía no está en manos ni poder de nadie, y aquí me parece necesario citar a un personaje muy popular en Colombia, Luis Alfredo Garavito, conocido por sus antecedentes en secuestro, asesinato y violación de menores, en el cual vemos cómo su principal objeto de deseo eran menores de escasos recursos, este sujeto dentro de su delirio afirmó en algún momento “que era mejor hacer eso con ellos antes de que siguieran sufriendo ” fue condenado y todavía recordado, y hoy se sabe de él que fue aceptado en una congregación religiosa, y en entrevistas se le ve claramente arrepentido y bondadoso pero…. ¿Será verdad? Digo yo, hay quienes pueden llegar a creerle pues ha utilizado dos recursos que rasgan la amada razón de nuestra sociedad y convocan deseos en ocasiones imperantes en nuestra sociedad, 1) la compasión: Se muestra claramente arrepentido y dispuesto a ser bondadoso cuando salga de la cárcel y 2) Dios, un recurso bastante bueno para manipular en estos tiempos, un recurso que para cualquier colombiano, (poniéndolo dentro de nuestra marcada herencia religiosa), es mejor que un billete de $50.000.oo, una biblia bajo el brazo y el asesino más detestable se convierte en un “manso corderito”. A través de este caso me pregunto de nuevo ¿Se podría llegar a predecir? Un psicoanalista de bastante recorrido podría seguramente saber cuándo el sujeto finge y cuándo no, o cuándo la manera en cómo se muestra no es solo parte de un delirio atractivo para algunos, pero aquel personaje del común podría confiar en el, y encontrarse luego en una situación poco agradable; en mi opinión la inclusión social se debe medir en sus intenciones, y antes de que un sujeto llegue a la sociedad como tal, es bastante necesario hacer una serie de aproximaciones para ver que tan fiable puede ser, ¿Y qué si probamos su deseo? Sería bastante interesante, poner a este sujeto frente a un niño (claramente con las condiciones que hagan segura la investigación) y observar tanto lo que pasa fisiológicamente dentro de él, como también a través del discurso con el acompañamiento de un psicoanalista, interpretar lo que suceda en el instante, si en verdad el deseo logra desplazarse o no, pero aun así, si logra desplazarse hacia otro objetivos; me pregunto yo ¿Habrá un momento en que el deseo pueda volver a su lugar? La inclusión me parece bastante riesgosa para casos tan extremos como el que acabo de nombrar, y aun con sujetos psicóticos que no representen tal riesgo me pregunto ¿La inclusión podría generar nuevos delirios? ¿Qué tan buena sería? ¿O tal vez seria mejor permitirles vivir su delirio tranquilamente y no imponerles una “normalidad” que tal vez no desean? Podríamos suponer que a través del psicoanálisis podríamos hacer el delirio del individuo funcional a la sociedad, una funcionalidad que podría tomar dos sentidos, hacer del psicótico un sujeto conforme a la ley y al molde social imperante, lo cual veo como una necesidad de forzar un cambio innecesario y arbitrario en su estructura psíquica en pro de lo que para mí es “el mito de la normalidad”, o acercarlo a ciertas maneras sociales básicas, y por otro lado permitirle, (siempre estando atentos), enriquecer a nuestra sociedad con los delirios que puedan llegar a beneficiarle.
Bibliografía
(1) MONDRAGON,Carlos. Concepciones del ser humano, 2002, Ed Paidos Mexicana S.A, pg 116.
La fuente principal para la realización de este ensayo fue:
ROZO Karam, Jorge Mario, Cuatro Documentos Desde el psicoanálisis Sobre La Investigación De La Psicosis En Colombia, La Psicosis En El Escenario Contemporáneo, 2009, Fundación Universitaria Los Libertadores producción editorial primera edición, pg 115-128