La mentalidad de una sociedad polifácética
Por: Guissell Katherine Urbina Urbina
¿Quién no ha fantaseado? Supongo yo, que todos hemos imaginado en alguna ocasión, poder manejar las cosas que nos involucran desde las más mínimas hasta las más amplias a nuestro antojo; ha sido un deseo que por ende nos lleva a las más ocurrentes conclusiones que abarcan los ámbitos culturales, sociales y llegan a tocar, obviamente los mas íntimos y personales, de los cuales por alguna razón, en ciertos momentos determinados, nos hemos sentido inconformes; y por este juicio terminamos hablando de lo que haríamos o de lo que no, lo que sería justo y lo que castigaríamos. La pregunta es: ¿es tan cruel el mundo en el que vivimos y estamos tan inconformes con nuestra vida que no nos queda de otra que soñar y anhelar eso que nos falta, o que nos gustaría tener y no podemos, o también, lo que nos gustaría hacer y porque millones de ojos están observándonos a diario no lo hacemos? La realidad nos ha atado a una cantidad de normas que nos catalogan como buenos o malos, como normales o locos, pero la subjetividad a la que se arraiga realmente la percepción humana hará nulo el intento de encontrar parámetros y líneas paralelas entre dos mentes humanas; Y si es así ¿En dónde queda el principio de placer que le gusta tanto satisfacer al ser humano?
La satisfacción de los deseos que comúnmente una persona que se cataloga como normal reprime ¿qué provoca en un ser humano? Sería lógico pensar que aquellas personas que no se enfrentan ante la realidad y en este caso la excluyen de sus pensamientos están, en términos coloquiales, locas; y este hecho como ya fue explicito se da porque ellos no actúan bajo las mismas normas en las que nosotros sí; mientras algunos se hacen llamar normales, y excluyen de sus pensamientos toda clase de deseo para ocultarlo de los demás, otros sencillamente llevan ese deseo a flor de piel, lo que los lleva por ende a crear su propia realidad, su propio “mundo”. La relación que se encuentra desarrollada, citando El complejo de Edipo, al que se refiere Freud, que se hace manifiesto y permanente en alguna de las estancias del inconsciente tópico, esclarecerá a qué tipo de ley mental nos regimos. Por ende el lugar en donde la pulsión se distorsiona y cambia su destino, concluirá el porqué en el caso de estas personas psicóticas se hacen manifiestas las tendencias homosexuales a las cuales se les aplica un concepto de negación y lo cual lleva al sujeto a delirar o alucinar y siguiente a la última de las consecuencias, y por el grado de amplitud la más importante, la desconexión por completo de la realidad, sustituyendo a ésta por lo que al inconsciente del sujeto le parezca o se acople a lo que a éste le interesa.
Lo que es curioso y cabe resaltar es que los sueños tienen una estrecha relación con la psicosis, puesto que en ellos se ve representada en un muy corto lapso todos los deseos reprimidos del sujeto; si esto sucede en los neuróticos, y es un mecanismo de equilibrio del inconsciente económico, no hay nada de malo o raro en este proceso. Otro ejemplo que se formaliza mucho más al contexto del diario vivir en donde influye demasiado las creencias y el ámbito cultural de la sociedad, pero que de igual manera refleja el cómo una persona normal sufre de leves momentos de psicosis momentáneas, es el hecho que se ve claramente en la manifestación de las ideas religiosas que en una comunidad tienden a tener demasiada importancia ya que involucra en sí, el mismísimo inconsciente y produce en ocasiones ciertas alteraciones de la percepción, cabe resaltar casos en los que el sujeto dice escuchar la voz de dios, o dice que se le aparecen figuras divinas que no tienen lugar únicamente en los relatos fantasiosos que nos brindan textos como la biblia, por ende estos hechos se denominan alucinaciones y por su modalidad se clasifican de tipo auditivo, visual táctil etc.; en conclusión, la percepción se altera o distorsiona alejándose de la realidad y produciendo ese tipo de reacciones que no tienen en ningún momento algo de coherente en un contexto real. Si de hecho los neuróticos utilizan todo este tipo de mecanismos con los cuales satisfacen sus deseos pulsionales y aun así se siguen viendo como actos normales, porque cuando una persona psicótica hace uso de sus mecanismos de defensa contra la realidad, (aclarando que se exceptúan los casos en los que se presentan actos violentos o en los que la integridad de otra persona se ve afectada), este hecho se considera como atroz y que está desligado del todo del contexto, por lo cual requiere ser rechazado, ofuscado, reprimido y acabado del todo como parte de un supuesto tratamiento. Freud nos asegura que la terapia de la asociación libre no funciona en el caso de los psicóticos porque ellos al estar tan separados de la realidad no logran hacer una transferencia con el terapeuta lo cual no genera el proceso de funcionalidad en el paciente, pero a este punto del texto, cabe preguntarse ¿que es funcional y que no? si en verdad interesa, que lo que es funcional para mí también lo sea para otra persona, o si todos los psicóticos actúan de maneras agresivas y/o que perjudican al resto de la sociedad.
Al hablar de funcionalidad, hacemos referencia a la manera en como una persona afronta su realidad y la lleva organizada en relación con su vida, sus sentimientos, sus emociones y sus pensamientos formando así un contexto personal en el que además de influir todo lo mencionado anteriormente se acopla de manera adecuada con el contexto social actual que se esté viviendo en la época del sujeto; Por lo tanto se diferencia claramente la realidad, de los recuerdos y en cuanto se habla de percepción en la psicosis, el sujeto no percibe el mundo de manera normal, lo cual lo conlleva a remplazar los estímulos sensoriales exteriores por estímulos generados conforme únicamente su inconsciente lo desee, es allí en donde se producen las alucinaciones y los delirios que son características fundamentales de los síntomas de la psicosis; el problema realmente radica en que, si para esta persona psicótica, su realidad lo hace funcional, (puesto que vuelvo a colocar en duda aquello de que solo se puede vivir una realidad generalizada con este tipo de personajes), no veo el porqué se tenga que hacer un tratamiento psiquiátrico cuando lo único que se logra es alterar al paciente de maneras exacerbadas medicándolo en todo momento, quitándole muchas veces las capacidades motrices y de lucidez que en ciertos momentos también se presentan en ellos; cuántos psicóticos no viven con nosotros, entre nosotros, siendo los más excelentes músicos, poetas o los que hacen de sus ideas una expresión de arte y en muchas ocasiones hasta mejor de las que nosotros los neuróticos haríamos; la idea no es generalizar este concepto y decir que todos los psicóticos son iguales porque existirán siempre algunos a los cuales no podremos controlar simplemente con palabras, por lo tanto será necesario el uso de medicamentos para poder frenar su demencia; pero por otro lado están los personajes que no le hacen ninguna clase de daño a los demás y que merecen un mejor trato, puesto que no está bien reprimir tantas capacidades y cualidades que se pueden encontrar en sujetos como estos por el simple hecho de que se piensa que todos actuarán de manera violenta. Ellos solo expresan sus pensamientos; su manera de ver el mundo es diferente y por ello no se puede tratar de cambiar eso; si existen diferencias hasta en los mismos neuróticos, como la subjetividad de la belleza, los diferentes ámbitos en los que nos desempeñamos, la visión de la vida y de cada sentimiento que nos brota de las entrañas, no podemos juzgar de maneras apresuradas la percepción de estas personas que como lo dije antes están llenas de muchas cualidades inigualables que también nos son de útil ayuda en muchos campos, entre los cuales se destaca el arte, ya que ellos tienen una infinidad de imaginación que tal vez nosotros por estar tan encerrados en la cajita de la realidad no tenemos. Mi pregunta es ¿acaso no es eso provechoso en un amplio criterio? No hay necesidad de generalizar, siempre he dicho que en este mundo las verdades absolutas no tienen sentido porque constantemente cambiamos y cada día vemos más rarezas, fenómenos y hechos que son maravillosamente inexplicables; si esto sucede en la naturaleza, como no ha de suceder también en nuestro organismo, aclarando que aparte de ser seres sociales también somos naturales. La vida cada día nos asombra más, cada día encontramos cosas nuevas, y esto nos da a entender que cada quien es un infinito universo de posibilidades que jamás podremos retener en un contexto formal de verdad.
Bibliografía:
- Jairo Báez, Rosendo Rodríguez, Jaime Velosa, Jorge Mario Karam. (2009). Cuatro documentos desde el psicoanálisis sobre la investigación de la psicosis en Colombia. Bogotá: Fondo Editorial, Fundación Universitaria Los libertadores.
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