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jueves, 29 de julio de 2010

LA COLONIA Y LA CONQUISTA

La colonia y la conquista


Jazmín Prieto

Sin importar, Llegaron aquí Como verdaderos criminales Fabricaron nuestros destinos, Encadenaron nuestro amor al prójimo, Como los más viles criminares llegaron, y sin importar acabaron con nuestras lenguas, religiones, costumbres, los obligaron a perderse dentro de sus mismas tierras, se tomaron el atributo de gobernar llegando al extremo de cambiarles todas sus creencias, forjándolos tuvieron que renunciar a su libertad y a sus deseos,

¿Y sus dioses? Les castraron sus dioses, los llevaron al más agudo y temeroso diario vivir, enfrentándolos al duelo obligado por el abandono de sus padres y por consiguiente, fueron arrastrados hacia la soledad.

¿Y la civilización? Desaparece entre mares de lágrimas y sangre. Como verdaderos criminales, alcanzaron los más espaciosos mares de sangre, que día a día perdía su intenso color rojo rebajado con lágrimas que derramaron nuestra estirpe.

¿Y los mártires? No le quedó nada más que llevar una vida errante, llevar una vida oprimida por los criminales quienes estaban invadidos de avaricia y lujuria, quienes lograron la más atroz y aterradora destrucción humana, nos dejaron el caos de sufrimiento, miseria y enfermedad.

¿Y ahora, hoy y mañana? Aunque ha pasado el tiempo, no solo queda el recuerdo, quedan las sombras de los invasores, nos quedó el odio, la codicia, la maldad, la perdición, y poca tolerancia, ahora, hoy y mañana solo tenemos y tendremos incrustada la noosfera que día a día nos consume, sin dejarnos entender Lo que pasó, lo que pasa y lo que siempre pasará, Como verdaderos criminales, Nos dejaron siendo lunáticos, antagónicos, visionarios y emocionalmente los más apasionados

jueves, 15 de julio de 2010

PARA CONCEBIR UNA PRACTICA EN PSICOLOGIA

PARA CONCEBIR UNA PRACTICA EN PSICOLOGIA


Jairo Báez


 
RESUMEN

Síntesis de la participación en la convocatoria que nos hizo el Director Nacional de Psicología de la Universidad Antonio Nariño, Dr. Néstor Porras, acerca del poner en limpio lo que quisimos decir en la socialización de prácticas, realizada por los estudiantes de noveno y décimo semestre de psicología en la Sede Circunvalar. Primer Semestre-2009. Agradezco el espacio que nos brindó el Dr. Porras y a los colegas por saber hacer uso de él, en la lectura y escritura.

 
Quisiera empezar esta serie que versa sobre la práctica de la psicología con algo escabroso: el cadáver. Empiezo por preguntar si acaso lo que trasmitimos a los estudiantes es el cadáver de la psicología y no una psicología viva que día a día se remoza mediante la reflexión de la práctica y la cosa psicológicas. Si es el cadáver, razón se tiene de mantener una posición anquilosada ante la pregunta misma de qué se entiende por una práctica en psicología: total, eso no se pregunta porque es obvio: práctica en psicología es cargar con el cadáver, seguir el camino trazado por un pasado incuestionado más nunca preguntado en su origen.

Preguntas que hago en Introducción a la Psicología, la asignatura, tengo que hacerlas ahora que estoy ominoso: ¿En qué se diferencia un psicólogo de un profesor?, ¿En qué se diferencia un psicólogo de un sociólogo?, ¿En qué se diferencia un psicólogo de un administrador de empresas?, ¿En qué se diferencia un psicólogo de un abogado? ¿En qué se diferencia un psicólogo de un recreacionista? y así se podría quedar toda la tarde preguntando por las diferencias para ver si se puede, mediante ellas, entender y comprender lo que es una práctica en psicología. Mal haríamos el nombrarnos psicólogos y en sustancia ser otros: La mansedumbre del lobo con piel de oveja podría ser parodiada, en este caso, el caso de una práctica psicológica, con la valentía de la oveja con piel de lobo.

He dicho en varias ocasiones, que si lo que hace al psicólogo son los talleres, mal haríamos en llamarnos psicólogos y bien sería llamarnos tallerólogos. Si es recitar artículos del Código Civil o Penal, mejor estudiar derecho. También he dicho que para aplicar una prueba ¨psicológica¨ no se necesita pasar cinco años en la Universidad; con manuales tan perfectos, no se requiere más que aprender a leer y cualquier mortal estaría en condiciones de aplicar la prueba ¨psicológica¨. Vuelven las preguntas ¿qué hace tan necesario que un psicólogo se arranche en el ¨taller¨ o sea el único que se nombre ¨único¨ capaz de aplicar una prueba? Para mí no es obvio.

Creo que la práctica del psicólogo se decide por la cosa psicológica y esa es la que no veo clara. ¿Qué es eso que Kant y Husserl dicen que es de exclusivo estudio del psicólogo? Cuando Kant apunta al sujeto sintético, más allá del sujeto atribuido y cuando Husserl denuncia que el psicólogo perdió su norte y anda perdido estudiando otras cosas que no son la psicología ¿a qué se estarán refiriendo?

Sin querer decir que yo sí tengo el norte, (no debo olvidar que soy psicólogo), intentaré pensar cuál sería esa cosa que olvidamos y que hoy es motivo para que unos, que les nombran psicoanalistas, estén señalando junto a los dos de marras, las equivocadas prácticas. (Debo señalar sin denunciar, que mucho de lo que aquí escribo es producto del Grupo del Jueves , así algunos investigadores en la psicología no lo conozcan).

Dice el dicho popular que el papel aguanta todo y digo, acogiéndome a la sentencia de Kant, que el sujeto atribuido carga con todo y se deshace de todo. Solo voy a tomar cuatro de los sujetos atribuidos que permanecen en la psicología. Esto por ser de los ¨cuatro enfoques¨ que dizque son las cuatro principales fuerzas de la psicología (el conductismo, el psicoanálisis, el humanismo y el cognitivismo) .

El conductismo asume un sujeto a las necesidades que le crea el medio ambiente; esto es, el sujeto se encuentra sujeto a sus reacciones óptimamente funcionales ante las acciones que le impone el medio ambiente. Pregunta ¿Será sostenible esto para el humano de hoy?

El psicoanálisis (estoy hablando en grueso, los psicoanalistas sintéticos espero comprendan, lo mismo que los conductistas verdaderos debieron haber comprendido lo anterior) decide que el sujeto está sujeto al inconsciente pero seguidamente atribuye lo que debe ser el inconsciente pero no busca el inconsciente. Tantos inconscientes hay en tantos psicoanalistas existen. Todos dicen que su inconsciente es el inconsciente verdadero (bien narcisista el asunto, en todas partes se cuecen habas).

El humanismo, (neohumanismo porque el humanismo es religioso), da al sujeto una cantidad de atributos, (es pródigo en predicados para con él) pero a la hora de la certeza ninguno pasa más allá de un juicio de valor con precedente en un Dios que todo lo da. ¿Será verdad que el hombre es bueno por naturaleza y todas esas otras proezas que se le endilgan? ¿Dónde están que yo no las veo?

El cognitivismo asume un sujeto a su pensamiento pero al igual que hace el psicoanálisis monta una Torre de Babel de construcciones que llama ¨pensamiento¨ y cada cual asume cuál debe ser la forma cierta de pensar (Miremos rápidamente las contrapropuestas de Bruner, Wallon, Vigotski y Piaget).

Como se puede ver, a partir de estos cuatro botones, el gran problema de la psicología es la atribución que se le hace a un sujeto y su olvido a encontrar realmente al sujeto. La historia de la psicología es la historia de los juicios de valor enmascarados en una seudo-ciencia, que a su vez se ampara en una seudo-verdad que se ubica en lo observable, repetible y contrastable. Hay cosas que nadie ha visto y sin embargo existen, hay cosas que no se repiten no obstante están y otras, si no las mismas, que jamás podrán ser contrastadas pero cabalgan.

La verdad psicológica, esa que nos legó el filósofo, es la que hemos olvidado y por eso nuestras falsas prácticas. La obligación de la psicología es con la verdad y no con el amigo, ni mucho menos con el estómago; cuando esto se olvida, es cuando se es propenso a la atribución y el contubernio. La falsedad de la cosa psicológica, llevada a ultranza puede acarrear grandes vergüenzas y pequeñas prácticas, tales como asumir que quien sabe de psicología es mi amigo... cuando no mi amante.

No concibo una práctica en psicología si no es una práctica clínica. Si he de seguir en el planteamiento de la obligatoriedad que tiene la psicología de encontrar y ocuparse en el objeto sintético y abolir todo error producto del sujeto atribuido, no es posible pensar una práctica psicológica que no sea precavida y algo paranoica.

Veamos otro botón, producto de una práctica atribuida al sujeto psicológico y que Foucault , gusta de enrostrar a los trabajadores de la salud mental. Durante mucho tiempo se sostuvo la verdad irrefutable de que la masturbación producía la locura. Efectivamente, cualquiera que fuera a los depósitos de maniacos podía verificar mediante la observación, la repetición y la contrastación, la compulsión de ellos al sano oficio del solitario. Dice nuestro crítico que tuvieron que pasar muchos años y con ellos una práctica curativa errada, para poder concebir lo contrario: no era tal que la masturbación producía la locura sino que la locura producía compulsión a la masturbación.

Este ejemplo narra la tragedia de la atribución al sujeto y la consecuencia en una práctica errada que bien podría eternizarse. No se está diciendo que no se puedan ejercitar prácticas erradas pero sí que es deber corregir el error en cuanto se descubre que la práctica se fundó en un error de atribución. Eso es clínica, eso es análisis de caso y eso es lo que debería amparar a los psicólogos de tener que cargar un cadáver, con el error: Una práctica reflexiva.

Solo la reflexión constante sobre el hacer del psicólogo, y con ella, la posibilidad de innovar en sus procederes permitiría un acercamiento al verdadero sujeto de la psicología. Si la verdad no es fácil, ni se encuentra a la vuelta de la esquina, mal haríamos en creer que con un golpe de dados ésta ya se obtuvo. Se supone que fue Aristóteles quien dijo: Soy amigo de Platón pero mucho más amigo de la verdad. Si este hombre dijo aquello ¿por qué razón el mundo quedó finiquitado en el naturalismo que aun hoy hace sus estragos en la academia? ¿Por qué estas componendas, estas mangualas en torno a una verdad decretada y nunca encontrada?

Si el psicólogo decide hacer prácticas bajo la égida de la atribución, lo sano sería no llamarse psicólogo. Muchos nombres y menos engañosos podrían ser utilizados. Lo psicólogos tienen un legado irrenunciable, dado por la filosofía; este no permite que se llame psicólogo a cualquiera.

Referencias

Foucault, M. (2000). El nacimiento de la clínica. Siglo XXI. México

 
Husserl, E. (1993). La psicología en la crisis de la ciencia europea. Conferencia en Praga. 1935. Bostón/Londres. Reinhold Smid.

Kant, I. (2005). Crítica a la razón pura. Tauros. Madrid

 
Leahey, T. (2005). Historia de la Psicología. Pearson. México