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miércoles, 14 de septiembre de 2016

WHAT'S THE MORAL SENSE?

By Mark Twain

I was thinking to myself that I should like to see what the inside of the jail was like; Satan overheard the thought, and the next moment we were in the jail. We were in the torture-chamber, Satan said. The rack was there, and the other instruments, and there was a smoky lantern or two hanging on the walls and helping to make the place look dim and dreadful. There were people there -and  executioners- but as they took no notice of us, it meant tha we were invisible. A young man lay bound, and Satan said he was suspected of being a heretic, and the executioners were about to inquire into it. They asked the man to confess to the charge, and he said he could not, for it was not true. Then they drove splinter after splinter under his nails, and he shrieked with the pain. Satan was not disturbed, but I could not endure it, and had to be whisked out of there. I was faint and sick, but the fresh air revived me, and we walked toward my home. I said it was a brutal thing.

¨No, it was a human thing. You should not insult the brutes by such a misuse of that word; they have not deserved it, ¨ and he went on talking like that. ¨It is like your paltry race -always lying, always claiming virtues which it hasn't got, always denying them to the higher animals, which alone possess them. No brute ever does a cruel thing- that is monopoly of those with  the Moral Sense. When a brute inflicts pain he does it innocently; it is not wrong; for him there is no such thing as wrong. And he does not inflict pain for the pleasure of inflcting it -only man does that. Inspired by that mongrel Moral Sense of his! A sense whose function is to distinguish between right and wrong, with liberty to choose which of them he will do. Now what advantage can he get out of that? He is always choosing, and in nine cases out of ten he prefers the wrong. There shouldn't be any wrong; and without the Moral Sense there couldn't be any. And yet he is such an unreasoning creature that he is not able to perceive the Moral Sense desgrades him to the bottom layer of the animated beings and is a shameful possession.

Taken it: Mark Twain, Dover Publications. 2014. Págs. 481-482    

lunes, 29 de agosto de 2016

EL PSICOANÁLISIS EXISTENCIAL

Por: Jean-Paul Sartre

Esta comparación nos permite comprender mejor qué deber ser un psicoanálisis existencial, si es que es posible. Es un método destinado a sacar a la luz, con una forma rigurosamente objetiva, la elección subjetiva por la cual cada persona se hace persona, es decir, se hace anunciar a sí misma lo que es. Como lo que busca es una elección de ser al mismo tiempo que un ser, debe reducir los comportamientos singulares a las relaciones fundamentales, no de sexualidad o de voluntad de poder, sino de ser, que se expresan en esos comportamientos. Se orienta, pues, desde el principio hacia una comprensión del ser  y no debe asignarse otro objetivo que encontrar el ser y la manera de ser del ser frente a ese ser. Le está vedado detenerse antes de alcanzar ese objetivo. Utilizará la comprensión del ser que caracteriza al investigador en tanto que él mismo es una realidad humana; y, como trata de extraer el ser de sus expresiones simbólicas, deberá reinventar cada vez, sobre las bases de un estudio comparativo de las conductas, una simbólica destinada a descifrarlas. El criterio de éxito será el número de hechos que su hipótesis permita explicar y unificar, así como la intuición evidente de la irreductibilidad del término alcanzado. A este criterio se añadirá, en todos los casos en que sea posible, el testimonio decisorio del sujeto. Los resultados así alcanzados -es decir, los fines últimos del individuo- podrán entonces ser el objeto de una clasificación, y sobre la comparación de estos resultados podremos establecer consideraciones generales sobre la realidad humana en cuanto elección empírica de sus propios fines. Las conductas estudiadas por este psicoanálisis no serán solamente los sueños, los actos fallidos, las obsesiones y las neurosis, sino también, y sobre todo, los pensamientos de la vigilia, los actos logrados y adaptados, el estilo, etc. Este psicoanálisis aún no ha encontrado su Freud; todo lo más, puede encontrarse el pensamiento de él en ciertas biografías particularmente logradas. Esperamos poder dar en otro lugar dos ejemplos a propósito de Flaubert y Dostoievsky, pero aquí poco nos importa que ese psicoanálisis exista o no: lo importante para nosotros es que sea posible. 

Tomado de : Sartre, Jean-Paul. (1943/1993). El ser y la nada. Barcelona. Altaya. Págs. 597-598-      

jueves, 25 de febrero de 2016

LA NOTA CARACTERÍSTICA DE LA VIRTUD PURA EN UN EJEMPLO

Por: Inmanuel Kant

Explíquese [a un niño de diez años de edad], la historia de un hombre honrado a quien se invita a secundar a los calumniadores de una persona inocente, aunque de posición modesta. Se le ofrecen ganancias, es decir, grandes regalos o una elevada distinción, pero los rechaza. Esto provocará solamente aplauso y aprobación en el alma del oyente, porque es ganancia. Pero ahora empiezan a amenazarlo con pérdidas. Entre esos calumniadores están sus mejores amigos, que ahora le niegan su amistad, próximos parientes que amenazan con desheredarlo, personajes poderosos que pueden perseguirlo y ofenderlo en cualquier lugar y estado, y un príncipe que lo amenaza con la pérdida de la libertad y aun de la vida. Pero, para colmar la medida del sufrimiento, para hacerle sentir también el dolor que sólo puede sentir íntimamente el corazón moralmente bueno, imagínese que su familia, amenazada con la más extrema miseria y aflicción, le suplica que ceda, y a él mismo, que aun siendo honrado, no está dotado de órganos rígidos, insensibles para la compasión como propia aflicción, en un momento en que desea no haber vivido jamás el día que lo expuso a tan indecible dolor, y, no obstante, se mantiene fiel a su propósito de honradez, sin vacilar o siquiera sin dudar: mi joven auditor se sentirá progresivamente elevado de la mera aprobación a la admiración y de ésta al asombro y, por último, a la máxima veneración y a un vivo deseo de poder ser él un hombre así; y, no obstante, la virtud en este caso sólo vale porque cuesta tanto, no porque produzca algo. Toda la admiración y aun aspiración a ser semejante a ese carácter, se funda totalmente en este caso en la pureza del principio moral que sólo puede representarse de modo que salte a la vista apartando de los móviles de la acción todo cuanto los hombres pueden incluir en la felicidad. Por lo tanto, cuanto más pura se represente la moralidad, tanto más fuerza debe tener sobre el corazón humano. De donde se sigue, pues, que para que la ley de las costumbres y la imagen de la santidad y virtud ejerzan algún influjo en nuestra alma, sólo pueden ejercerla recomendándola como móvil puro, desprendido de consideraciones sobre el bienestar propio, porque es en el sufrimiento donde más sublime se muestra. Pero aquello cuya eliminación fortalece el efecto de una fuerza motora, debió ser un obstáculo. Por consiguiente, toda mezcolanza de móviles que provengan de la felicidad propia, es un obstáculo para proporcionar a la ley moral influencia sobre el corazón del hombre. Yo sostengo, además, que aun en esa admirada acción, si el motivo que hizo que se realizara, era la elevada estima del deber propio, ese respeto por la ley, no una pretensión a la opinión íntima de grandeza de alma y modo de pensar noble y meritoria, es entonces lo que tiene la máxima fuerza sobre el ánimo del espectador y, por consiguiente, el deber y no el mérito es lo que debe tener sobre el ánimo, no sólo la influencia más determinante, sino, mirándolo a la debida luz de su inviolabilidad, la influencia más penetrante.

Referencia: Kant Inmanuel. Crítica de la razón pura práctica. Losada. Buenos Aires. 2007. Págs. 227-229.