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miércoles, 20 de noviembre de 2013

EL PRINCIPIO DE REALIDAD EN NUESTRA SOCIEDAD ES DETERMINADO POR UN GRUPO ECONÓMICO

Por: Rubén Andrés Rios Osorio


Principio de placer

Como nos esboza Freud (1930)  “el programa del principio de placer es el que fija su fin a la vida”, (p.76)  el principio de placer gobierna el aparato anímico en dos sentidos uno positivo y otro negativo, en el negativo ordena evitar o cancelar las sensaciones de dolor y displacer, y en el positivo poder vivenciar intensas sensaciones placenteras lo que se califica como dicha.
Este principio de placer se fundamenta desde muy temprano en la vida anímica, desde la lactancia, cuando el lactante al estar alejado del objeto seno materno, tiene una sensación displancentera para este, llorando como reclamo de asistencia; en el momento de pérdida del objeto para su yo.

Así se permite dilucidar el principio de placer como un programa que ordena las sensaciones que son evitadas o intensificadas, con un objetivo de dicha o felicidad en el individuo.

 Principio de realidad

El principio de realidad se establece en el momento que el lactante empieza a distinguir lo interno perteneciente al yo y lo externo proveniente del mundo exterior (Freud, 1930); de esta manera el individuo se relaciona con el exterior, diferenciando su yo del exterior y buscando menguar las sensaciones displacenteras que pudiera percibir, así la censura reprime las representaciones que no se ajustan a ese exterior, conciliando el principio de realidad con el principio de placer.

Este principio dirigirá al individuo y cómo este se debe desenvolver en la cultura, de manera que siga las normas establecidas, las cuales son significativas para el individuo y su relación con el entorno.

Economía libidinal

La economía libidinal es entendida como una reducción de energía o un acomodamiento pulsional, de forma que el individuo pueda tener una sensación placentera y un alejamiento de las sensaciones que no lo son, de manera fácil y rápida, por ejemplo con el alcohol se busca sensación placer y/o un alejamiento de la miseria, lo cual se logra con unas cuantas botellas.

Principio de placer vs Principio de realidad

El principio de placer es el programa que  busca la dicha, esa felicidad de cada individuo, pero cuando esta es enfrentada a lo externo, es evidente que es irrealizable, ya que no es posible cumplir con todo el placer que el individuo desea, ya que este  es incongruente con el exterior,  y el exterior es el que establece las reglas, de esa forma impide la manifestación consiente del placer. Adicionalmente  el sufrimiento se presenta así trate de evitarse y estas sensaciones pueden ser provenientes del propio cuerpo, del exterior o de las vinculaciones con otros seres, haciendo que el individuo padezca por sus representaciones placenteras, de tal manera este reduce sus exigencias de dicha y las moldea de acuerdo a lo permitido por su cultura (Freud, 1930). “Bajo la presión de estas posibilidades de sufrimiento los seres humanos suelen atemperar sus exigencias de dicha, tal como el propio principio de placer se trasformó, bajo el influjo del mundo exterior, en el principio de realidad, más modesto” (p.37), de esta forma el exterior influye en nuestro placer, haciendo que se establezcan censuras para aquellas representaciones que trasgreden lo permitido, y en busca de una economía libidinal las expectativas de placer bajan, de forma que el individuo tenga varias expectativas y con intensidad mesurada en caso de fallo, por tal motivo el individuo toma de la cultura las probabilidades y las formas correctas de placer,  así la censura en el individuo genera la  represión del placer por la exigencia de la cultura.

Es posible dilucidar que la cultura con su neurotisismo, establece lo correcto y lo incorrecto, lo que se debe hacer o no se debe hacer, lo que es placentero y lo que no lo es, y es así como el individuo establece su censura de manera que sus representaciones conscientes son acordes a lo culturalmente aprobado.
                                                                         

La economía como padre de la cultura

Para el contexto freudiano, la cultura tenía grandes connotaciones religiosas, ya que desde el siglo XVIII podemos evidenciar el deslinde de la ciencia de la religión, pero cuando comparamos eso factores a los de los principios del siglo XXI es imperativo que esta asociación sea realizada desde la economía que por así decirlo es el nuevo Dios.

La economía Neoliberal, nos arroja hacia una cultura consumista, donde el poseer es sinónimo de abundancia, de felicidad, donde el dinero es imperativo, y la acumulación de este describe a una persona, competente, inteligente e interesante, con múltiples oportunidades y placeres, un modelo a seguir.

La economía global es movilizada por un puñado de compañías, que llevan sus productos y servicios a cada rincón del planeta, parte de su mecanismo para influenciar los mercados, es que sus productos son parte de modelos de vida, y se convierten en estados aspiracionales de las sociedades, donde es necesario la identificación del producto o servicio en la vida de millones de personas, que consumen lo que estas compañías ofrecen.

El modelo aspiracional, donde la venta de promesas de placer indescriptible (Como Coca Cola y su chispa de la vida)  o de la prevención o evitación  de sensaciones displacenteras (Como los seguros, o un buen trabajo) permitirá que los individuos sean parte de ese mundo feliz que es mostrado a través de la publicidad, como si fuese una ventana hacia al paraíso.

El placer se compra, la posibilidad de acceder a la felicidad está en la compra, en la adquisición, en el tener, y estas compañías cavilan estos paraísos, donde el sufrimiento se esboza como la falta y la ausencia de estos productos y servicios en su modelo de vida.

Si estas compañías son las normalizadoras de la sociedad, de lo aprobado culturalmente, de lo bueno, lo malo, lo feo, lo placentero, se dilucida que allí encontramos la norma, encontramos al padre, a la fuente normativa, la cual brinda la solución de la necesidad, la ubicación del objeto perdido, de aquel objeto que no se tiene, pero que con unas cuantas monedas se puede acceder al vida que estos proporcionan.

Bajo esta panorámica podemos empezar a dilucidar el cuestionamiento tratado en este escrito ¿El principio de realidad en nuestra sociedad es determinado por un grupo económico?

¿El principio de realidad en nuestra sociedad es determinado por un grupo económico?

El principio de placer se trasforma en principio de realidad, cuando el placer es ajustado a las expectativas del exterior, a las expectativas de un entorno que enmarca la cultura, el individuo se enfrenta al sufrimiento de la vida y este  ajusta su placer a estos, encontramos que ese exterior hoy en día está regido por la economía, por el mercado, por la constante ausencia y así como establece Freud (1930) hay tres fuentes de ese sufrimiento:

1.    Con uno mismo, cuando el ser se siente insatisfecho con sí mismo, cuando sus pulsiones parten de sí exigiendo ser satisfechas.

2.    Con el entorno, cuando la ausencia del objeto, genera padecimiento, sufrimiento y deseo.

3.    En las relaciones con los demás, cuando esas interacciones con los otros no fluctúan con la expectativa propia de la representación.

El comercio, brinda soluciones a la vista de cada uno de estos sufrimientos, el exterior brinda sus reglas con las cuales el individuo moldea sus representaciones conscientes a su modelo de vida, familia, intereses, conocimientos, acciones, gustos, comidas, relaciones sexuales, etc., estas son promovidas por los intereses económicos de productos y servicios, que muestran cómo cada sufrimiento se desvanece con la obtención, y el individuo se establece como parte del sistema consumista, ya que su realidad (el externo) influye en el yo, esta mediatizado por las necesidades económicas de las marcas que mundialmente venden el modelo del hombre feliz, de la dicha para el individuo.

Estas normas establecidas por un modelo económico neoliberal, instaura en el individuo censuras que son dirigidas por un modelo de vida externa, así el principio realidad es cavilado por unas pocas empresas, que principalmente buscan poder y montones de dinero, imponiendo las expectativas de millones de personas que  adquieren sus productos y servicios, al moldear un estilo de vida basado en la posesión de objetos como obtención de placer.

Este ciclo de la obtención consumista de productos y servicios, es interminable, nunca habrá una satisfacción total del placer, ya que la censura es trasformada en el principio de realidad que está sujeta al sufrimiento, como el exterior es influenciado por la economía empresarial, y estos imponen objetos que sustituyen el sufrimiento por la pérdida del objeto primario y que a pesar de ser obtenidos no son satisfechos, el individuo estará siempre consumiendo en búsqueda inalcanzable de la mengua de su miseria, pero esta nunca se satisface, sin embargo este puñado de empresas llenan sus arcas con las expectativas hechas por el mismo individuo que acomoda sus censuras y representaciones conscientes, a la manipulación comercial, en un ciclo infinito de comprar placer y no alcanzarlo.

Referencias.


Freud, S. (1930) El malestar en la cultura. Buenos Aires, Argentina: Amorrortu editores

miércoles, 9 de octubre de 2013

CONSULTA PSICOLOGICA

Consultar Psicólogo o Psicoanalista



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Bogotá. Celular 3024005792 


Jairo Báez
(Psicólogo - Psicoanalista)

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(Terapeuta - Experto en Tratamiento de Adicciones)

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Sergio Alejandro Palomeque
(Psicólogo - Terapeuta. Presencial - Online. Bilingüe Inglés-Español )

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sábado, 14 de septiembre de 2013

EL PROTAGONISMO DEL CUERPO EN UN DÍA DE LGBTI

Por: David Parada

A lo lejos se venía escuchando un retumbar que antes de ser melodía mi cuerpo lo percibía como una ola del mar a contracorriente, entre más me acercaba a aquella muchedumbre, más clara se hacía. 

Gloria Trevi. Una voz que identifica una actitud LGBTI, mientras la canción decía: “Y yo la paso bailando, cantando amando mi libertad ya sin ti”, varios eran los que se aglomeraban alrededor de la canción para ofrecer su tributo al conmemorativo día. Cada uno con su particular forma de vestir, siempre creyendo en todos los casos ser quien tiene el mejor traje o pavoneo. Miradas se cruzan, cuando el pavoneo tiene éxito  dos de estos personajes LGBTI se acercan y deciden compartir el festejo. Entre gritos, cantos y voces susurradas de matices LGBTI todos se van expresando y va emergiendo el alma de la masa.

Mientras se va caminando en un atardecer acompañado por nubes y el intermitente sol, aparecen en escena lenguajes corporales que fragmentan los espacios cargados de monotonía y cotidianidad. El constante participante de esa masa de carne llamada cuerpo es la voz, con ella jocosamente se reclaman derechos, deberes no, pues el cuerpo reclama placer, goce, exceso, ya aquello normativo y de mantener cabales sociales está agotado. Siempre hay un dejo de queja en toda consigna.

Mientras la voz cumple su función de reclamo, algunos brazos alzan extensiones ornamentales del cuerpo a manera de falos que auxilian la voz, y aquí la letra hace su presencia, intentando dar un orden con frases, paradojas y material escrito en pancartas.  Otros usan sus brazos para abrazar, consentir, golpear, manosear, saludar, ocupándolos en una acción con la cual sentirse parte del acogimiento de este espíritu LGBTI.

Las piernas y los pies, siguen su ruta ya escrita en redes sociales, en el voz a voz y en el ritual anual ya inscrito en el entusiasmo de sus participantes,  van caminando hacia el altar sacrificial, donde la discriminación será sacrificada al Tótem diversidad. Quizás sea ese el motivo de caminar, consumar el ritual.

¡Que no se crea que fue lo externo lo único que  trabajó en este festejo, no! Hígado, tripas y corazón también hicieron su presencia allí. Cómo se dice que  el único lazo social posible en la actualidad es el capitalista, el estómago lo recordó al pedirle al homúnculo una mazorca o un chorizo, o una arepa, o un chorizo con arepa  por esto de lo diverso en las metonimias de la genitalidad. Así se sacio el hambre de muchos estómagos, y se permitió al corazón palpitar en las fluctuaciones del barullo de las masas.

Finalmente, como único producto de este cuerpo que se enfrentó en esta marcha a su alegría, tristeza, odio y a su deseo, quedaron la orina y las heces, elementos que al igual que los genitales,  tuvieron un valor metonímico; entre el  jolgorio,  las risas y el  maniculichupeteo se botaron objetos, papeles publicitarios, comida, se derramaron bebidas alcohólicas, gaseosas, y bueno, un sinfín de materiales parecidos a nuestra caca y orina. Finalmente la basura quedó como testigo de que las pulsiones de vida expresadas a través del cuerpo se unifican con la pulsión de muerte.


 Alguien equiparaba la exhibición de un par de tetas en un trans a un acto político, ¿cómo saberlo?, ¿todos los trans quieren actos políticos, poéticos, de que tipo es el acto de cada uno?, pues no se olvidan algunas frases de ellos mismos luego de una apasionada pelea cuerpo a cuerpo: “-¿Por qué te pegó?- - por ser linda-“, ¿es posible pensar la política únicamente en función de una polis? ¿O en función de pelear un derecho?, ¿acaso no es importante escuchar?, ubicar lo LGBTI y sus demás derivaciones en lo particular, hoy esta marcha demostró cuan implicado está el cuerpo como medio de desplazamiento político, ¿pero valdrá la pena  preguntarse hacia dónde va mi cuerpo?

sábado, 13 de julio de 2013

INSCRIPCIÓN PONENTES VI ENCUENTRO DE SEMILLEROS DE INVESTIGACIÓN DESDE EL PSICOANÁLISIS

Un saludo. 

Este es el formulario a llenar para su participación en el VI Encuentro de Semilleros de Investigación desde el Psicoanálisis. Recordamos que el encuentro se realizará en Ibagué, los días 25 y 26 de Octubre del 2013. La organización en esta oportunidad la coordina la  Facultad de Psicología de la Universidad Antonio Nariño y el Semillero de Psicoanálisis y Sociedad de la Facultad de Psicología de la Fundación Universitaria Los Libertadores. 

Las propuestas se reciben hasta el 21 de Septiembre del 2013.  La participación como ponente o asistente no tiene costo monetario alguno.  

viernes, 12 de julio de 2013

DE LA TEORÍA DEL CONOCIMIENTO O DE LA CÁTEDRA DEL DR. EDUARDO UMAÑA LUNA

Jairo Báez
Especialización en Instituciones Jurídico Familiares
Universidad Nacional
1999



Entender la importancia de la génesis y construcción del conocimiento, es algo que no está muy “de moda” en la universidad colombiana. Envolviendo como tal, las diferentes instituciones de carácter público y privado que imparten saber a nivel superior. Al seno de la población colombiana se ha introyectado el viejo axioma que en país de ciegos el tuerto es rey. En esta medida lo importante no es llegar al fondo del asunto, sino apropiarse de lo indispensable para “descrestar” incautos y lograr la fuente de recursos económicos que permitan vivir “dignamente”. Hoy difícilmente se encuentra en el profesional esa angustia por entender de donde surge la ciencia, el saber; el para qué, el porqué y el cómo se llega a desentrañar los secretos; estos son oficios para otros, para los intelectuales alejados de la realidad y ajenos a nuestro tercermundista país. Los profesionales colombianos sólo queremos un título más, para ascender en la escala salarial de cualquier entidad, evitando las preocupaciones que podrían acarrearnos, en cualquier momento, la profundización en la epistemología.

En este ambiente me encuentro con un hombre, de pelo cano y andar pausado, profesor por más de cincuenta años, empecinado en mostrar, a sus estudiantes, que existe un mundo más allá de sus propias narices. Ese mundo que él quiere legarnos, cuando sus fuerzas lo obliguen a entrar en la cordura, como buen quijote, para morir en paz. Y es que para ser sabio, honesto y comprometido con una causa llamada Colombia, necesariamente debe uno estar loco.

Ese mundo que quiere dejar a sus estudiantes se llama Colombia, país incrustado entre dos mares, allí donde se quiere desgarrar el continente en dos polos “malditos”: el norte y el sur. Ese mundo codiciado por muchas potencias primermundistas, que se han dado cuenta que el paraíso bíblico verdaderamente existe; que tiene todo lo que podría hacer feliz a un hombre, a una sociedad, ese paraíso se llama Colombia.  

Pero ese mundo adolece de muchos males, cuyos síntomas se evidencian en la sociedad que la habita. Esa sociedad acéfala, esa sociedad psicótica, esa sociedad sangrante y explosiva, es la que ha mantenido con vida a un roble, profesor de mil batallas, que se niega a morir mientras no vea que va por los caminos de encontrar su norte. Curiosamente, antes lo que se perdía era el oriente; pero, debe ser por la correlación con la prosperidad económica, que ahora lo que se pierde es el norte.

En esa empresa titánica, me siento ante un hombre para que me mueva en los cimientos y me muestre que la familia no es un puñado de leyes, emanadas de un rey, a lo  Saint-Exupéry, para que se cumplan. Si no entendemos la importancia de la epistemología en torno a la familia, difícilmente podremos ser facilitadores profesionales del cambio que se debe operar a su interior. Tal como lo planteó, en muchas ocasiones, la familia es una multitud de variables que deben ser analizadas, con mano de buen cirujano, sin perder nunca la objetividad y la eticidad. 

Nadie más que nosotros mismos, colombianos, seremos culpables de nuestras dichas o desdichas. Nadie va a preocuparse por la suerte de la familia colombiana lejos de nuestros linderos; y cuidado, cuando alguien, extraño a nosotros, se preocupe, no perdamos de vista sus intereses pues muchas veces  pueda que no sean los favorables para el Estado y la sociedad nacional.

La simplicidad tal vez sea lo más complejo que existe, de otra manera no se podría entender la amplitud mental necesaria para poder estudiar el fenómeno de la familia. Con la gravedad del ilustrado, este hombre cita a un godo recalcitrante, un cachiporro a ultranza, un marxista consumado, un maoísta empedernido, para señalar que la política es un factor determinante de la ciencia. La ciencia no es un dogma, se le escuchó varias veces decir. Las cosas son y como tal debemos buscar la forma de aliarnos a ellas, y qué mejor forma que conociéndolas; y conocer implica dejar la creencia de la estabilidad, el anquilosamiento y lo finito; mientras se le da cabida al cambio, el dinamismo, lo infinito. La familia no se aprehende, la familia se sigue en su proceso histórico. Proceso que va unido a otros cambios que la fundamentan, como la economía, la política, la religión y la misma ciencia, la tecnología.

Cómo no voy a estar orgulloso de haber sido alumno de Eduardo Umaña Luna, cuando se ha preocupado de bajar un discurso universal (Epistemología) a un Estado y fenómeno particular (Colombia y Familia); y no contento con esto le da un papel protagónico a cada uno de quien lo escucha en el devenir de la historia. Sea tan grande como la universal o tan chica como la de su propia familia.


!!Gracias Maestro!!

miércoles, 10 de julio de 2013

MARCO CAVALLO (UNA INSIGNIA)


¨Quando il cavallo acquistò la sua forma definitiva era enorme e bello. Tinta guardava affascinato ed incredulo. Nessuno osava toccare il cavallo, solo Vittorio lavorava ogni giorno per rifinirlo e Tinta era con lui a passargli gli strumenti. Nessuno, prima di allora, aveva mai conosciuto Tinta. Era rinchiuso nel reparto «C», il reparto più brutto e orrendo del manicomio, esclusione nell'esclusione. Aveva venti anni, tutti passati negli istituti. Era nato alla fine dell'occupazione alleata, a Trieste. A malapena gli avevano insegnato a scrivere il suo nome e, malgrado i suoi occhi attenti e vivaci, era stato condannato ad essere un deficiente.¨



Cuando el caballo adquirió su forma final era enorme y precioso. Tinta observaba con fascinación e incredulidad. Nadie se atrevió a tocar el caballo, sólo Vittorio trabajaba todos los días hasta el final y Tinta estaba con él para pasar los instrumentos. Nadie antes que él había conocido nunca a Tinta. Fue encerrado en el departamento "C", el departamento más feo y horrible del asilo, la exclusión en la exclusión. Tenía veinte años, todos pasados en las instituciones. Nació a finales de la ocupación aliada en Trieste. Apenas le habían enseñado a escribir su nombre, y a pesar de la mirada atenta y vivaz, había sido condenado a ser un idiota.