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lunes, 10 de febrero de 2014

CARTA DE RENUNCIA DE UN ESTUDIANTE DE POSGRADO

Por: Gene Bunin

Tomado de la Revista : LA HOJA DE ARENA


Querida Escuela Politécnica Federal de Lausana:

Les escribo para decirles que después de cuatro años de duro pero agradable trabajo de doctorado en esta escuela, tengo la intención de abandonar mi tesis en enero, tan sólo a unos meses de terminarla. Originalmente había pensado dirigir esta carta sólo a mis tutores. Sin embargo, mientras la escribía me di cuenta de que el mensaje de ésta puede ser pertinente para cualquier persona involucrada en la investigación y así he ampliado su alcance un poco. En concreto está dirigida a estudiantes de posgrado, investigadores postdoctorales, investigadores de alto nivel y profesores, así como para la gente en los más altos niveles de la administración de la escuela.

Les escribo para decirles que después de cuatro años de duro pero agradable trabajo de doctorado en esta escuela, tengo la intención de abandonar mi tesis en enero, tan sólo a unos meses de terminarla. Originalmente había pensado dirigir esta carta sólo a mis tutores. Sin embargo, mientras la escribía me di cuenta de que el mensaje de ésta puede ser pertinente para cualquier persona involucrada en la investigación y así he ampliado su alcance un poco. En concreto está dirigida a estudiantes de posgrado, investigadores postdoctorales, investigadores de alto nivel y profesores, así como para la gente en los más altos niveles de la administración de la escuela.

Antes de continuar quiero ser muy claro acerca de dos cosas. En primer lugar, no todo lo que voy a decir aquí es de mi experiencia de primera mano. Mucho también se basa en las conversaciones que he tenido con mis compañeros, con gente fuera de la EPFL y refleja tanto sus experiencias como la mía. En segundo lugar, ninguna de las declaraciones negativas que hago en esta carta deben ser tomadas como ataques personales por ninguno de sus lectores. No es mi intención demonizar a nadie, ni apuntar a individuos específicos. Voy a añadir que, tanto aquí (en la EPFL) como en otros lugares, he conocido a algunas personas excelentes y no me atrevería – ni ahora ni en cien años – a acusarlos de lo que escribí en el párrafo anterior. Sin embargo, el miedo y la sospecha es que estas personas son pocas, y que son ellas quienes están siendo marginadas por un sistema, que alimentándose de nuestras debilidades humanas innatas, se está saliendo rápidamente fuera de control .

No sé cuántos de los estudiantes de doctorado que leen esto han entrado en sus programas de doctorado con el deseo de realmente aprender y de alguna manera contribuir a la ciencia de una manera positiva. Personalmente yo sí lo hice. Si tú también lo hiciste, entonces probablemente compartes por lo menos alguna de las frustraciones que voy a describir a continuación.

Academia: No es ciencia, es negocio

Voy a comenzar con la suposición de que el objetivo de la ciencia es la búsqueda de la verdad para mejorar nuestra comprensión del universo que nos rodea y de alguna manera utilizar ese entendimiento para llevar al mundo hacia un futuro mejor. Al menos esa es la propaganda con la que hemos sido alimentados desde jóvenes y esa es por lo general la propaganda que las universidades que hacen investigación emplean para ponerse en un terreno moral elevado, para decorar sus páginas web y para reclutar a jóvenes ingenuos como yo.

También voy a suponer que con el fin de encontrar la verdad, el requisito básico es que uno como investigador tiene que ser brutalmente honesto, sobretodo con uno mismo y con la calidad del trabajo propio. Aquí uno se encuentra inmediatamente con una contradicción, pues tal honestidad parece tener un papel muy secundario en la agenda de la mayoría de las personas. A poco tiempo de adentrarse en el mundo académico, se aprende que el ser “demasiado honesto” sobre el trabajo propio es algo malo y que mencionar las deficiencias de tu investigación “muy abiertamente” es un gran paso en falso. En cambio, se te enseña a “vender” tu trabajo, a preocuparte de tu “imagen”, y a ser estratégico en tu vocabulario y donde tienes que utilizarlo. Se da preferencia a una buena presentación sobre un buen contenido – una prioridad que, aunque comprensible a veces, ahora ha ido demasiado lejos. La forma “malvada” de hacer contactos (véase, por ejemplo: click ) parece estar alentada abiertamente. Con tantos aspectos comerciales de que preocuparse, es realmente sorprendente que de hecho algo de investigación se siga haciendo estos días. O tal vez no, ya que son precisamente los aún ingenuos estudiantes de doctorado quienes hacen casi todo.

Academia: “Trabaja duro, joven padawan, para que algún día tú también puedas dirigir tu propio laboratorio”

A veces me resulta tanto divertido como aterrador que la mayoría de la investigación académica en el mundo en realidad se está haciendo por gente como yo, que ni siquiera tenemos un doctorado. Muchos investigadores, de quienes se esperaría que fueran los que empujaran la ciencia hacia adelante con sus décadas de experiencia, hacen sorprendentemente poco y sólo se aparecen para administrar a sus estudiantes, quienes se matan como esclavos en artículos que después son firmados por sus tutores en una especie de “cuota” por haberse tomado el tiempo de leer el documento (a veces, en casos particularmente desesperados, pueden incluso tratar de robar el lugar del primer autor). Rara vez me entero de tutores que realmente revisen todo el trabajo de sus estudiantes con todo rigor y detalle; la mayoría parece haber adoptado el enfoque de “si se ve bien, podemos enviarlo para su publicación”.

Además de sentir la gran injusticia de todo esto – a los estudiantes, quienes hacen el verdadero trabajo, se les paga sorprendentemente poco, mientras que a los tutores se les paga muy bien – el estudiante de doctorado a menudo se queda pensando si sólo está haciendo ciencia hoy para después poder ocupar los puestos administrativos de sus tutores. Lo peor es cuando un estudiante de doctorado que quiere quedarse en la academia acepta esto y comienza a jugar del otro lado de la mesa. Todos los estudiantes de doctorado que lean esto, inevitablemente conocerán a alguien con la mala suerte de haber encontrado un tutor que ha aceptado este tipo de dinámica y que ahora está aplicándola en sus propios estudiantes – obligándolos a escribir artículo tras artículo y a trabajar cantidades ridículas de horas para que el asesor pueda avanzar en su carrera o, como con frecuencia pasa, para obtener la permanencia definitiva. Esto es inaceptable y tiene que parar. Y sin embargo, mientras escribo esto me acuerdo de cómo la EPFL ha establecido su propio sistema de permanencia definitiva no hace mucho tiempo.

Academia: La mentalidad de cabeza

Un aspecto muy triste de todo el sistema académico es la cantidad de autoengaño que ocurre, la cual es una “habilidad ” que muchos de los nuevos reclutas son obligados a dominar desde el principio. Como muchos estudiantes de doctorado no pueden elegir su tema de investigación, se ven obligados a adoptar lo que sus asesores hacen y a crear “algo original” con ello para que algún día eso pueda llegar a convertirse en una tesis. Todo esto está bien y es aceptable cuando el tema es realmente interesante y tiene potencial. Personalmente, tuve la suerte que este fuera el caso para mí, pero también sé de bastante gente que, después de haber recibido su tema, se dieron cuenta de que la dirección de su investigación era de importancia marginal y no tan interesante como les fue vendido por su tutor.

Esto parece dejarle al estudiante un ultimátum desagradable. Obviamente decirle al asesor que la investigación no es prometedora u original no funciona – el asesor ya ha invertido mucho de su tiempo, reputación y trayectoria en el tema y no será convencido por alguien con la mitad de su edad de que ha cometido un error. Si el estudiante insiste él o ella será etiquetado como “obstinado” y si la insistencia es demasiado fuerte no será capaz de obtener el doctorado. La alternativa, por muy desagradable que esta sea, es mentirte a ti mismo y encontrar argumentos para estar moralmente cómodo y con esto de alguna manera convencerte de que lo que estás haciendo tiene un valor científico importante. Para quienes la obtención de un doctorado es un deber inamovible (normalmente por razones financieras) la elección, aunque trágica, es obvia.

El verdadero problema es que este hábito puede fácilmente ser llevado más allá de los estudios de posgrado, hasta que el estudiante mismo llegue a ser como el investigador, con la mentalidad inversa de “es importante porque he gastado muchos años de mi vida trabajando en ello”.

Academia : Donde la originalidad te dañará

La buena y sana mentalidad sería naturalmente trabajar en aquella investigación que consideremos importante. Desafortunadamente, la mayoría de ese tipo de investigaciones está llena de retos y es difícil de llegar a publicar. Además, el sistema actual de publica-o-perece hace difícil el mantener un laboratorio mientras se trabaja en problemas que requieren cuando menos de diez años de trabajo antes de que se pueda reportar el más pequeño de los resultados preliminares. Peor aún, los resultados pueden llegar a no ser entendidos, lo que en algunos casos es el equivalente a ser rechazados por la comunidad científica. Reconozco que esto es difícil, y no me atrevería a criticar a aquellos que han escogido no perseguir tan “arriesgados” problemas.

Idealmente, el sistema académico debería incentivar a aquellas personas que ya están bien establecidas a alcanzar estos retos y estoy seguro que algunos de ellos ya lo hacen. Sin embargo, no puedo evitar pensar que la mayoría de nosotros estamos evitando las verdaderas preguntas y nos conformamos con las pequeñas y fáciles que sabemos que pueden ser resueltas y publicadas. El resultado es una cantidad masiva de literatura científica llena de contribuciones repetitivas y marginales. Esto, en cambio, no es necesariamente algo malo si lo que deseas es obtener un buen currículo.

Academia : El agujero negro del oportunismo en la investigación

De hecho, escribir un montón de artículos de valor cuestionable acerca de un tema popular parece ser una muy buena manera de avanzar en tu carrera académica en estos días. Las ventajas son evidentes : no hay necesidad de convencer a nadie de que el tema es pertinente y es muy probable que seas más citado ya que más personas pueden trabajar en cosas similares. Esto, a su vez, aumentará tu factor de impacto y te ayudará a establecerte como un investigador reconocido, independientemente de si tu trabajo es realmente bueno o importante. Asimismo de esta forma se establece una especie de red en la que otros investigadores (igualmente oportunistas) te dan palmaditas en las espalda mientras tú haces lo propio.

Desafortunadamente, esto no sólo lleva a favorecer la cantidad sobre la calidad, sino que muchos investigadores, habiéndose hecho dependientes de este efecto de arrastre, después necesitan encontrar formas de mantenerlo vivo incluso cuando el campo comienza a estancarse. Los resultados suelen ser desastrosos. O bien los investigadores comienzan a pensar en extensiones creativas pero completamente absurdas de sus métodos para usos para los que no son apropiados, o tratan de inhibir a otros investigadores que proponen alternativas más originales y eficientes (por lo general hacen ambas cosas). Esto a su vez desalienta a los nuevos investigadores a buscar alternativas originales y los anima a “subirse al carro” que aunque se basó en una buena idea, ahora se ha estancado y es mantenido por nada más que la pura voluntad de la comunidad que se ha vuelto dependiente de él . Entonces se convierte en un gigantesco y muy costoso desastre.

Academia: Estadísticas a granel

“Los investigadores con artículos son como niños”, me dijo una vez un investigador. Y, de hecho, parece existir una malsana obsesión entre los académicos al respecto de su número de citas, de su factor de impacto y de su número de publicaciones. Esto lleva a cualquier cantidad de sinsentidos: investigadores realizando “citas estratégicas”, escritura de recomendaciones “anónimas” donde se sugiere a los autores del artículo revisado a citar el trabajo propio y hasta a intercambiar artículos entre colegas con el entendido de “yo-leeré-el-tuyo-si-tú-lees-el-mío”. Si se pregunta, nadie aceptará preocuparse por sus citas, y aún así esas mismas personas con seguridad sabrán de memoria el número de veces que sus artículos han sido citados. Admito que yo mismo he estado en esa posición y me odio por lo mismo.

En la EPFL el rector nos manda un correo electrónico cada año diciendo lo bien que la escuela está ubicada en los rankings. Yo siempre me pregunto cuál es el punto de estos correos. ¿Por qué habría de preocuparle a los científicos si la institución está ubicada en la décima u onceava posición por tal o cual comité? ¿Se trata de elevar nuestros ya hinchados egos? ¿No sería mejor si el rector nos enviara un reporte anual donde se mostrara la forma en que el trabajo de la EPFL está afectando el mundo o como éste ha contribuido a resolver ciertos problemas importantes? En cambio, se nos dan estos estúpidos números que dicen a qué universidades podemos mirar con desprecio y a cuales aún debemos rebasar.

Academia: La tierra salvaje de los egos gigantes

Con frecuencia me pregunto si mucha gente en la academia viene de infancias inseguras donde nunca fueron los más fuertes o los más populares entre sus compañeros y habiendo estudiado más que ellos, ahora están en busca de venganza. Sospecho que sí, ya que es la única explicación que puedo encontrar para entender porque ciertos investigadores atacan, de mala manera, el trabajo de otros. La manifestación más común de esto tal vez sea el sistema de revisión por pares, donde estas personas abusan de su anonimato para decirte, sin términos ambiguos, que eres un idiota y que tu trabajo no vale ni un montón de estiércol.

De forma ocasional, algunos tendrán el descaro de hacer lo mismo durante conferencias, aunque todavía no he observado personalmente esto último.

Más de una vez he escuchado a investigadores de diferentes campos referirse a los métodos de otros con descripciones tan bellas como “basura” o “porquerías”, algunas veces aún extendiendo estas calificaciones a métodos pioneros cuyo único crimen es ser viejo por algunos años. A veces, estas personas descansarán de hablar mal de la gente de su misma área y cambiará su atención a otros campos – la investigación tecnológica, por ejemplo, algunas veces se burlará de la investigación realizada en las humanidades, ridiculizándola como absurda e inconsecuente, como si lo que ellos hiciera fuera más importante.

Academia: El truco más grande que alguna vez realizó fue convencer al mundo de que era necesaria

Tal vez la pregunta más crucial que la gente en la academia debería preguntarse a sí misma sea esta: “¿Realmente somos necesarios?”. Año tras año, el sistema toma toneladas de dinero vía cualquier forma de becas y subvenciones. Mucho de este dinero después se ocupa en pagar a subvalorados y malpagados estudiantes de posgrado quienes, con o sin la ayuda de sus tutores, producen algún resultado. En muchos casos, estos resultados son incomprensibles para todos excepto para un pequeño círculo, lo cual hace difícil calificar su valor de una forma objetiva. En algunos casos raros, la incomprensibilidad es de hecho justificada. El resultado puede ser tan poderoso, pero puede requerir tanto desarrollo matemático, que realmente se requiera un doctorado para entenderse. En muchos casos, sin embargo, los resultados pueden requerir muchas matemáticas, pero puede llegar a ser inútil en aplicación.

Esto está bien, porque el progreso real es lento. Lo que es molesto es cuantas subvenciones se le pueden sacar a un resultado puramente teórico  antes de que los investigadores se decidan a producir algo útil y práctico. Peor aún, muchas veces parece no haber una necesidad en la gente en la academia de ir y aplicar su resultado, aún cuando esto es posible, lo que probablemente se deba a su miedo al fracaso – se está moralmente a gusto investigando sus propios métodos siempre y cuando estos funcionen en teoría, pero nada lastimaría más que ir y tratar de aplicarlo y aprender que no sirve en realidad. A nadie le gusta publicar artículos que muestren como sus métodos fallan (aunque, desde la perspectiva científica, están obligados a hacerlo).

Estos son sólo algunos ejemplos de las cosas que desde mi humilde perspectiva están mal en la academia. Otras personas probablemente podrían agregar otras y podríamos ir y escribir un libro al respecto. El problema, como lo veo, es que no estamos haciendo mucho para corregir estos asuntos y no hay mucha gente que haya aceptado que “la verdadera ciencia” simplemente es un ideal que inevitablemente desaparecerá con el sistema actual trabajando como lo está haciendo. Entonces, ¿por qué arriesgar nuestras carreras y reputaciones para pelear por una noble causa que la mayoría de la academia no valorará de todas formas?

Voy a terminar esta carta diciendo que yo no tengo la solución a estas cosas. Dejar mi doctorado no es una solución – simplemente es una decisión personal – y no animo a otras personas a hacer lo mismo. Lo que sí quiero fomentar es un tipo de conciencia y responsabilidad. Pienso que hay muchos de nosotros, ciertamente de mi generación, a quienes nos gustaría ver a la academia como un sinónimo de ciencia. Sé que a mi me gustaría, pero he renunciado a que esto suceda así que buscaré a la ciencia verdadera desde otro camino.

Hubo un tiempo en que pensé que me sentiría orgulloso de poner las letras Dr. antes de mi nombre, desafortunadamente esto ya no es así. Sin embargo, nada puede quitarme el conocimiento que he ganado durante estos cuatro años y por eso, EPFL, te estaré eternamente agradecido.

Muchas gracias por haber leído hasta aquí

jueves, 12 de diciembre de 2013

DR. MOCKUS, LÁRGUESE

Dr Mockus, lárguese 

Por Matheo Gelves

Tomado de: www.evernote.com


 
Doctor Antanas, la presente es para solicitarle a usted, ex alcalde y ex candidato a la Presidencia, que por favor se largue de nuestro país, pues considero que no lo necesitamos ni a usted, ni a sus políticas e ideologías. Es más, me he tomado el atrevimiento de irrumpir en su domicilio y empacar sus maletas para que pueda irse cuanto antes.
Lo primero que encontré en su armario, por allá guardados en una linda cajita, fueron los valores éticos y democráticos que usted siempre ha querido articular en nuestra sociedad. ¿Cómo se le ocurrió siquiera pensar en que la prioridad para un gobierno, y el principal destino de los recursos, serían la educación y la cultura ciudadana? ¡Es usted un ignorante! todos bien sabemos que lo que necesitamos es ponerlos en la guerra contra las FARC, que es nuestro principal y único problema.
Junto a esos valores, encontré colgado en un gancho el pantalón que usó el día de su famosísima conferencia en la Nacional. Si, esos que se bajó para mostrarles el culo a todos los estudiantes. ¡Es usted un animal! ¡Puerco, degenerado, inmoral! ¿Cómo se le ocurre hacer semejante banalidad frente a una sociedad como la nuestra, en donde los únicos culos que aceptamos ver son los de las prostitutas en la zona de tolerancia y los de las damas de Soho en las grandes vallas publicitarias? Lo lamento, pero su culo es demasiado escandaloso para nuestra casta sociedad. Con grandes arcadas y ganas de vomitar, empaco ese pantalón suyo.
También colgados y enmarcados en su estudio encontré un gran número de diplomas y reconocimientos que le han sido otorgados. Necesité una maleta extra para empacarlos todos. Lléveselos lejos, porque aquí no necesitamos profesores y académicos como funcionarios, tal como usted decidió hacerlo. En fin, regrese a Harvard a seguir dando sus charlas y cursos. Aquí nada de eso lo encontramos útil. Entienda que nuestros políticos (los que en verdad necesitamos) son esos que, en vez de culpar –como usted- a la educación y las decentes prácticas culturales de nuestro país, prefieren culparse unos a otros y a sus respectivos partidos. Respete el statu-quo, por favor.
Mientras empaco, aprovecho para comentarle que nunca supimos si era usted de derecha o izquierda.Solo supimos que era diferente. Y eso -lo diferente- nos espanta en este país. Aquí estamos acostumbrados al menú de siempre: dos tazas de corrupción al desayuno para iniciar bien el día, un platado de palabrerías y discursos al almuerzo, y una bandeja de show mediático para dormir bien y seguir con la rutina al día siguiente. Ni se atreva usted a meterse con nuestro diario vivir, con nuestro pan de cada día.
De su mesita de noche saqué su historia clínica. ¡Se me olvidaba la peor parte! Es usted un enfermo.Con una infinita pena le comento que su Parkinson nos resulta una peor enfermedad que la corrupción y el deseo de poder de nuestros dirigentes. Es claro que no puede usted ocupar ningún tipo de puesto en nuestro sano país. No nos expondremos al riesgo de contagiarnos de sus ideas. Es que nada más con pensar en que usted, viejo locus, optó por abandonar su pantano verde cuando nuestro Gran Colombiano decidió apoyarlo ya muestra el tipo de persona que usted representa.
Y hablando de ideas, encuentro bajo su historia clínica la propuesta que hizo en su mandato de expandirescuelas, bibliotecas e institutos. Sólo a un loco, demente y enfermo de Parkinson como usted se le ocurriría proponer semejante cosa, cuando lo que necesitamos es expandir las cárceles y estaciones de policía, pues nos invaden los vándalos y nos sentimos inseguros en la calle y hasta dentro de nuestras casas (para los que tenemos). Y aunque su ejemplar ley de la hora zanahoria haya trascendido a otras ciudades de Suramérica, no la necesitamos más, ni siquiera cuando se está matando media Bogotá borracha al volante y en medio de riñas. Usted, como sus propuestas, ya no son vigentes.
En fin, tras varias horas de trabajo he empacado una infinidad de sus pertenencias: Su absurdo plan debeatificar los recursos públicos, su tonta idea de ver a los indígenas como una minoría “extraña pero valiosa”, su propuesta del desarme de la población civil de Bogotá a cambio de bonos de mercado, su acción de cambiar los policías de tránsito por mimos que se burlaban de los imprudentes porque, según usted, los colombianos le temen más al ridículo que al castigo y ¡ah! lo más importante, su mayor defecto: el pensar mucho antes de hablar. ¡Eso sí que nos disgusta en nuestro afanoso y visceral país! Una persona que se tome tiempo para reflexionar, pensar y ahí si hablar. No tenemos tiempo para esas estupideces.
Ya es hora de que acepte la realidad, doctor Antanas. Se disfrazó del superhéroe de la política cuando la verdad es que un “político artista” como usted no va a ganarle a la corrupción colombiana, ni mucho menos va a poder escribir la sangrienta historia de nuestro país con lápiz y libros. ¡Lárguese de una buena vez y deje de insistir tanto! Colombia no está lista para una persona y una mente como usted.
Post-Data: Sus maletas y pertenencias ya fueron enviadas al aeropuerto. Adjunto a esta carta uno de sus más absurdos chistes:
“Me encantaría que cada mañana, cuando un estudiante se levante para ir a clase, comprendiera que allí, en su colegio o universidad; que cada maestro al dar la clase, o un papá al revisar la tarea por las noches, son los escenarios donde se juega la soberanía del país, la diferencia de poder futuro”
  

jueves, 10 de noviembre de 2011

COMUNICADO MOVIMIENTO ESTUDIANTES COLOMBIANOS

EL PRESENTE DE
LA EDUCACIÓN SUPERIOR
NOS PREOCUPA

Mediante la difusión de distintos medios de comunicación se ha disfrazado la realidad en torno a la propuesta de reforma a la ley de Educación Superior, presentada  y radicada en el congreso por el presidente Juan Manuel Santos y la ministra de educación María Fernanda Campo. Si este proyecto de ley es tan positivo, se ha preguntado usted,  ¿Por qué los estudiantes de las distintas universidades colombianas, públicas y privadas nos oponemos a él??

¿Sera que es tan bueno como lo pintan?¿Sera que en realidad hay más presupuesto para la educación superior?¿Nos servirán los créditos para asegurar la cobertura en educación?¿Si habrá mayor inclusión?¿Se dará un mejoramiento continuo de la calidad educativa?,¿Se respetara la autonomía de las instituciones?¿Se respetara el derecho a la educación?

EL MOVIMIENTO ESTUDIANTIL NACIONAL DICE
 ¡NO!

Las razones son las siguientes:

- Las regalías siguen siendo un medio de financiación con ánimo de lucro y con lucro no se garantiza la calidad, solo el enriquecimiento de los mismos.

- Si abren 92.000 cupos mas, sin mejorar el presupuesto real para cada estudiante (para  infraestructura, bibliotecas, laboratorios, investigación etc), no solo nada se logrará, sino que se deteriorara la calidad de la educación ofrecida a cada estudiante.

Usted, padre de familia, amigo, ciudadano, hombre o mujer, que ha sido víctima de los créditos de vivienda (que es el mínimo necesario para vivir), se endeudaría con su hijo, para pagar sus estudios, sabiendo que luego se quedaría pagando por ello más de 15 años?. En últimas ¿estudio 5 años y me endeudo 15?, pagando cuotas con interés compuesto que aumentaran constantemente!!

- Las carreras técnicas y tecnológicas tendrán prioridad en los créditos, además serian los lugares privilegiados para que nos eduquemos –según esta ley- , lo que implica que ser profesional seguiría siendo privilegio de unos pocos, mientras la mayoría de la población se prepararía para ser mano de obra barata, o maquiladores, dedicados solo a trabajar sin derecho a pensar. Queremos pensar, queremos transformar, queremos cuestionar, investigar, porque es la vía del conocimiento el  camino hacia el verdadero desarrollo humano y social.

- Porque obtener un buen resultado en el ICFES ya no es garantía de reconocimiento social,  ni de apoyo económico, puesto que a lo que se accede es una “beca crédito”, ¿otro endeudamiento más??? ¿Qué paso con la responsabilidad del estado?

En una sociedad como la nuestra, donde la educación es promulgada como derecho fundamental, es un deber del estado proporcionar educación de calidad, accesibilidad de todos a ella, de forma gratuita y enmarcada en un Estado de derechos, no es posible admitir este tipo de reformas. Por ello, nos oponemos a que nuestro derecho a la educación no se respete, que se nos engañe, los estudiantes no somos mercancía. Nuestra voz se está haciendo sentir y la movilización lo invita a usted, a su familia, a la comunidad a que se entere y se una  a la protesta contra esta reforma a la ley 30.

- Si en realidad deseamos cambiar la sociedad Colombiana, NO solo necesitamos educación para todos, sino mejor educación, UNA DE CALIDAD!!!

martes, 18 de octubre de 2011

EL CUARTO ENCUENTRO


El Cuarto Encuentro

Rosendo Rodríguez Fernández

No me canso de andar por tus collados,
De recorrer tu cuerpo y tus colinas,
De sembrar en tu tierra desgarrada
Por mi pecho de espadas y de espinas.
                               Carlos Castro Saavedra, Esposa Patria.

Semilleros de Psicoanálisis, vienen resultando significantes que han ameritado unas palabras de Jairo Báez, al cierre –que es un modo de decir, pues se trata de otra apertura- del Cuarto Encuentro de Semilleros de Psicoanálisis, realizado en Bucaramanga a mediados de un Octubre muy lluvioso.

Más allá de los obligados agradecimientos a la UNAB, que en cabeza de Margarita y Compañía, organizó el evento, y a los directivos que lo hicieron posible, quedan planteadas algunas cuestiones que me precio de considerar sintomáticamente, tratándose aquí del espíritu del psicoanálisis, el cual ha de vagar por los pasillos de las instituciones, gracias a una cierta torpeza que al marginarlo, le confiere toda su vitalidad.

Escribamos pues, del espíritu del psicoanálisis. Apareció en el IV Encuentro más como operación ideológica que como operación analítica. Sin nombres, sin Santos, pero lleno de Milagros, el Encuentro fue dominado por la palabra de los Paterfamilias.

En su extensión, las Semillas aparecieron más bien como muy desarrollados y añosos vegetales, cuyos planteamientos jalonaron, de modo inquietante, las conclusiones del Encuentro. A saber, mucho profesor, con mucha autoridad, con mucho peso de sus palabras avaladas en la tradición analítica (y psicoanalítica, pues distinciones de este talante se hicieron), y mucho estudiante cuya voz cayó bajo la sombra de los grandes árboles que aquí florecieron y esparcieron sus semillas.

Un goce, pues. Aporéticamente, goces de Amos, más entrados que de costumbre en la lógica del fantasma, de la que se precia de hablar el Psicoanálisis. Quien escribe, en efecto, estuvo bajo el empuje del goce, acusando los efectos de ese goce del otro que toma el psicoanálisis en tanto que cuerpo teórico para gozar más. La inquietante temática de las relaciones entre el psicoanálisis y la psicología, la transmisión de estos saberes, su status de saber y ciencia, los enfoques metodológicos, y los problemas de las sociedades que requieren de formas del gran Otro, especialmente ahora, dejaron ver el síntoma del IV Encuentro.

Y es Báez una vez más el que toma el lugar del analista, al finalizar el concierto de los Amos, sostenidos en su lugar por los Esclavos. Una parodia, la del esquema planteado. La metodología, es un síntoma, y como tal, síntoma de nombrados, autorizados psicoanalistas. En cierto sentido, llegar a plantear el psicoanálisis como una hermenéutica, tiene el altísimo costo de colocarlo en el lugar de la Verdad, como significante Amo que capitonea todo el Saber que sin más, es la Interpretación. Pues si el psicoanálisis es una hermenéutica, una sabiduría capitoneada en la Verdad, no queda más que adorar al Gran Dios Freud, el Espíritu Santo Lacan, y los Dioses Menores, Klein, Adler, Bion, etc. 

Toda una jerarquía eclesiástica se revela, a partir de esta asunción que hace caber al psicoanálisis en los modelos de ciencia cualitativa, y lo alinea sin mayores problemas con el construccionismo y la Dialéctica de la Ilustración. Habrá que advertir que no basta con que el psicoanálisis entre en el territorio del lenguaje, para convertirlo en una versión refinada del construccionismo o del cualitativismo. Si entra a ocupar ese lugar poco digno, al estilo del psicoanálisis de Kris, Hartmann, y Loewenstein, aquellos amantes de la autoridad de la Ciencia, prefiero dejar mi lugar a otro con preferencias obispales.

Con esto, no confundir la autoridad de la Ciencia con la ética que hace que la ciencia sea una forma de investigación, que históricamente al ser reducida a un método, pierde completamente su espíritu y muere a manos del capitalismo y el consumismo. El paso de la modernidad a la posmodernidad, cuya causa ha matado a Dios, a la Ciencia, y al Humano, deja soluciones fantasmáticas tan fallidas como la inscripción del psicoanálisis lacaniano en la Derecha Radical que se precia de ser Democracia (Liberal) enmascarada de cualitativismo construccionista, paradigma que aspira al status científico y en último término, corre el riesgo de doblar la cerviz ante los dogmas de Popper o cualquier otro espíritu caído al lado de la relación entre el Amo y el Esclavo.

El planteamiento de la Verdad como noción estadística, adorado sin más por los demócratas liberales entre los que coloco a los científicos cualitativistas y a los cuantitativistas, quizá de modo atrevido, pero sin dudar que existen verdaderos espíritus científicos, entre los cuales habrá que situar a aquel que renuncia a ser el Amo, es decir, a ser El Esclavo que dialécticamente llega a esa posición de autoridad a través de un largo aprendizaje del Control –que va del Autocontrol al Control Social- con el fin de operarlo como única salida a las relaciones interpersonales, ese planteamiento democrático de la Verdad, desemboca en una aporía. ¿No es el extremista, precisamente aquél que denuncia a quien se asume como radical, como extremista? Es decir, al denunciar al que se sale de la media, aquél que se considera no vicioso por no asumir una verdad, no nos encontramos con quien tiene las manos limpias de sangre, pero bendice al final el acto del verdugo que elimina al molesto anti-demócrata?

Centrado en la entronización de la comprensión, que apuntala prácticas como la inclusión social, el Encuentro vino a sustentar, no sin finas texturas, las justificaciones que no admiten críticas al perfecto sistema democrático, socialista-capitalista, que siempre requiere un líder para su decantación en un saber hegemónico. Una práctica antigua, que al final Jairo Báez viene a señalar, que dejo subrayada aquí: todo Encuentro termina en unas conclusiones que por lo general desembocan en elogios mutuos, Club al cual, en Bucaramanga 2011, sospechosamente fuimos convocados como maestros. Conferencias centrales, que develan una estructura de poder, apuntalada en el Saber, contrastaron con Mesas de Trabajo, donde los proletarios de la Verdad vieron en algunos casos (por lo general en lo que respecta a los Maestros o Profesores) a quienes hicieron oír sus voces, y en otros a quienes trajeron voces adormecidas por el temor y el anonimato. ¿No hay allí un lenguaje de la Verdad, más poderosa por su imposición imaginaria que por su devenir simbólico en una lucha de Amos?

Puede de inmediato, acusárseme de reducir el Encuentro a su Metodología. Sin embargo, las conferencias centrales versaron sobre la metodología, la cual, de paso, distinguió la práctica del psicoanálisis de su teoría, estableciendo una distancia, un abismo, entre el concepto y su decantación en una ética. Tal justificación pone a un lado la teoría, como un bloque de conocimiento verdadero, inmóvil o inamovible, intocable como S2, Saber Absoluto sostenido en significantes Amo como Freud, Descartes, Klein, y un sintomático Lacan un tanto ausente. La palabra peligrosa, prohibida, es aquella que emerge denunciada como antidemocrática: subversión. Una inclinación de la cerviz ante el gran Otro, constituyó el tono dominante de la metodología del Cuarto Encuentro.

Tal vez, un Encuentro fallido, en un cierto sentido. Allí se anunció la muerte del psicoanálisis en la Universidad. Se dejó implícito el mensaje de que el psicoanálisis se puede aprender en Congresos, y que la omnipotente psicología requiere otros alimentos, mucho más nutritivos, que un saber cuyo discurso se ubica en el reverso del discurso del Amo. También se planteó que viviría en los baños y las paredes. Y puede ser que el psicoanálisis no tenga más destino que ser marginal, y en su marginación, ser subversivo. Su subversión estriba, lacanianamente, en mi versión, es decir, como Reverso del Discurso del Amo, el Acto Analítico implica una movilización del sujeto del lugar del Amo, al lugar del Analista. Esta operación ciertamente, no se basa en la ignorancia. Rescatando las palabras que, desde el lugar del Amo, pronunciaba un autorizado psicoanalista, esta operación analítica requiere de un socrático docto ignorante, que olvida que sabe para poder dar lugar al saber del otro. Esto difiere de dar, una y otra vez, lugar al saber del gran Otro, práctica recurrente en este Encuentro, con apuntalamientos en esa diferenciación metodológica que reclamaba el trono, destituyendo a la teoría.

Demócratas, al fin y al cabo, se plantearon remedios dialécticos: diferenciado método y teoría no queda más que reconciliarlos, sospechosamente contrarios sin unidad. Omnipotencia del discurso, que podría decirse, Omnipotencia de las Ideas, antes que reconocer lo real en los efectos del discurso, se plantea contra Feyerabend que su concepción anti-metodológica, fuertemente apuntalada en último término en los efectos de la asunción de la ciencia como método, es Metodológica. El anti-método como un método más. Poner a Feyerabend a hacer fila con los científicos, más que denunciar su ignorancia crasa, es negar los efectos del discurso. Es tratar de incluirlo todo en las omnipotentes apuestas –sobre seguro- democráticas. No falta pues, entonces, quien incluya a Nietzsche o a Bataille entre los demócratas liberales más insignes, es decir, entre quienes sostienen en último término al gran Otro en su lugar, en sus diferentes versiones. Implica reificar una vez más el lugar del Amo, al cual no le queda más que ser reconocido no por otros Amos, como es su deseo, sino hegelianamente, ser un decadente Amo que se apuntala en la cerviz inclinada del Esclavo, que lo sostiene en su temor a la muerte.

Así, se defiende la existencia de Dios, o de la Ciencia, y se entronizan una vez más, los jerarcas eclesiales, que Saben lo que dicen, y quizá también, de un modo que podría decirse perverso, sabe lo que hacen. Si se dijera que no saben, pues estaría yo insultando su inteligencia. Báez, a quien deseo ubicar en el lugar del Analista, se vé avocado a rescatar el espíritu del Psicoanálisis. Si bien hay gratitud, por la amabilidad y deferencia que recibimos de las personas que atendieron nuestra visita, es preciso señalar el Sacrificio del Psicoanálisis en la Universidad, no solamente por la pretensión de eliminarlo de un plan de estudios, lo cual es de esperar, sino de su sacrificio en el seno del Semillero de Psicoanálisis. Habría que decir que somos las semillas, seamos docentes o estudiantes. Una vez más, señalo aquí lo que decía Báez en otro contexto: soy estudiante, así el rol que tenga en la Universidad sea el de Profesor. La experiencia, grata, dicho sea de paso, de Bucaramanga, es la de una cierta realidad que nos envuelve como semilleros: escuchamos al gran Otro, pero no al otro, el cual tiene sus investiduras imaginarias, de profesor o estudiante.

El lustre nos persigue, como la autoridad alcanzada a partir de la Sabiduría. Resistirse al peligro del desprecio, está también en este señalamiento. No creo que se trate de eliminar al profesor, pero sí de volverle a encargar la articulación entre teoría y práctica, si las llega a dividir, con la ética. Pasar a ser un analizante, productor de discurso, y llegar a autorizarse a decir, con la potencia aristotélica de sus palabras desplegadas, tomando el riesgo de defenderlas en una lucha de conciencias, es un desafío de los encuentros de semilleros. Si vamos a hablar desde el lugar del Amo, con un poderoso falo, S2, discurso esgrimido bajo la égida de la Verdad, no temamos entonces enfrentar a un Analista, en el reverso de esta práctica. En la metodología, evitar caer en el Discurso del Amo, diferenciando entre el Saber Ilustrado que hay que leer en idioma original para evitar los errores de traducción, que pervierten el Dogma, y el Saber Proletario, saber de segunda, saber de estudiante, que balbucea donde los grandes profesores dogmatizan.

Báez señaló, al final, el problema de las recetas. Creo que lo pensé o lo dije: no por ser Discurso de la Ciencia, se está libre de antemano de ser Discurso del Amo, o Recetario de Investigación. En contra de cualquier cosa que se precie a sí misma de ser, es decir, en el Reverso del Discurso del Amo, está ese molesto discurso del Analista. Cobardemente, los profesores, aparte de asumirnos como sabios, montamos escenarios a través de serviles estudiantes, para pronunciar nuestros discursos que son del Gran Otro. El señalamiento de Báez para los estudiantes fue éste: No se lo dejen quitar. No se trata simplemente de la Castración mental a la que se encuentran sometidos quienes se creen estudiantes y profesores, divididos por estos emblemas del Otro, se trata de plantear la lucha de conciencias con valentía: les pido que renunciemos a nuestros emblemas, para poder escuchar. De un par a otro, de un otro al otro, miremos en qué se sostienen nuestros discursos. No entremos de antemano ganando o perdiendo. Tengamos la valentía de ser analizantes, y a la vez, como analistas, ver nuestras propias entronizaciones, nuestros fantasmas que se fundan en la relación pasiva ante el Padre. 

Regresar a la paridad no es homogeneizarnos en la igualdad. Si llenamos el vacío con algo, ¿No debería estar esto referido al propio ser? Después de todo, a mí qué me importa el psicoanálisis. Me importa un vacío, y esta es la diferencia con las ilusiones que me importa la ciencia apuntalada en el comercio. Si alguien busca la felicidad, dudosamente está en estos caminos, y si la encuentra y está lo suficientemente loco como para tratar de compartirla o imponerla, pues que lo haga. Más allá de estos goces que se mercadearon en el Encuentro, diría yo que los frutos están una vez más por cosecharse, pues después de todo los Amos, con su Verdad, enseñan. Los esclavos, a su modo, resisten. Tendrán que soportar el nuevo orden existente. No por llamarse psicoanalista, se es algo así. Tampoco yo pretendo hacerlo, en inmodestia o en falsa modestia. Lo dejo como un desafío para cada cual. De acuerdo con Lacan, una vez asumida una postura, queda la impostura que envuelve lo real de tal asunción. Habrá semblante. No queda más que fingir inocencia o responsabilidad, o terminar en una asunción frente al mismo.

Para los participantes, como Amos o Esclavos, queda como costumbre algo que enseñaron los Maestros: una cortesía al escuchar al otro. Desde aquí, una cortesía para quienes compartieron su trabajo, el cual es muy digno del respeto y la consideración. Las preguntas que quedaron sin duda estimulan la semilla a su despliegue en las realidades por venir. Tuvimos una responsabilidad política en los Laboratorios Sociales. Si repetimos una vez más el esquema del Amo y el Esclavo, nunca nos podremos librar de nuestros goces. Termino volviendo a Báez, y su metodología, que es la del Semillero Psicosis y Psicoanálisis: trabajar desde el propio deseo. No pretendo pues, adoctrinar, sino participar en un espacio destinado al despliegue de las potencias de las semillas, entre las cuales me cuento. No nos reunimos allí a hacer hermenéutica de los textos del psicoanálisis: vivimos nuestro trabajo de analizantes. Por ello, aunque reconocemos en Lacan un significante Amo, por lo mismo nos resistimos a adorarlo. Al plantear Laboratorios Sociales, preferimos hablar entre pares, y nuestra diferencia se esgrime en la palabra. Por ello, no decimos que somos científicos cualitativistas, y nos distanciamos de allí, si bien por supuesto, no desestimamos a quien se precie de serlo, siempre que no diga que el psicoanálisis, por lo menos el nuestro, es una hermenéutica.

No deseo comprender, ni ser comprendido, pues cuando el saber desemboca en la personalidad, la infla, y nos hace creer que somos más grandes por comprensivos. Mi deseo finalmente, versa sobre lo imposible y omnipotente de tal posición hermenéutica que se funda en la comunicación. La ilusión democrática también se apuntala en la comprensión. El abismo entre los sujetos, estriba en esa comprensión y las demandas que genera, pues en últimas versa en un ideal imposible por superyoico, y es, después de todo, pretender que el Esclavo tome plenamente su lugar. 

A cambio, como un villano que sabe lo que hace, perversamente y siniestramente, propongo Analizar. Termino diciendo que tenemos el derecho de partir de no creer, pues eso nos hace un poco menos cretinos que los demás, y no nos entroniza en la imagen de buenos demócratas, sabios que comprenden la inocencia y la maldad de los corazones de los que se salen de la media estadística.

Bogotá, Octubre de 2011.   

jueves, 25 de agosto de 2011

miércoles, 15 de junio de 2011

RANKING IBEROAMERICANO DE PSICOLOGIA COLOMBIA

RANKING IBEROAMERICANO DE PSICOLOGIA COLOMBIA

SIR 2011

Publicado por: Jairo Báez


IBE: Iberoamerica LAC: Latinoamérica NAL: Nacional



IBE LAC NAL INSTITUCIONES NACIONALES

37 16 1 Pontificia Universidad Javeriana

54 26 2 Universidad Nacional de Colombia

87 40 3 Universidad de Antioquia

90 41 4 Universidad de los Andes, Colombia

102 49 5 Universidad del Rosario

110 51 6 Universidad Católica de Colombia

122 59 7 Universidad de San Buenaventura

162 84 8 Fundación Universitaria Konrad Lorenz

177 93 9 Universidad del Norte

185 97 10 Universidad Pontificia Bolivariana

186 98 11 Universidad Santo Tomás

190 102 12 Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia

231 127 13 Universidad de La Sabana

232 128 14 Universidad El Bosque

272 149 15 Universidad Autónoma de Bucaramanga

315 174 16 Universidad de Manizales

316 175 17 Universidad Industrial de Santander

357 194 18 Universidad Pedagógica Nacional, Bogotá

358 195 19 Universidad Tecnológica de Bolívar

403 239 20 Universidad de Cartagena

404 240 21 Universidad de Nariño

405 241 22 Universidad del Magdalena

435 262 23 Corporación para Investigaciones Biológicas

480 269 24 Instituto Nacional de Cancerología

567 309 25 Clínica Oncología Astorga

568 310 26 Fundación Éxito


595 335 27 Clínica Las Américas


596 336 28 Fundación Centro Internacional de Educación y Desarrollo Humano

597 337 29 Liga Colombiana contra la Epilepsia

598 338 30 Ministerio de la Protección Social

599 339 31 Corporación CorpoGen

600 340 32 Clínica Soma

601 341 33 Instituto Colombiano de Neurociencias

602 342 34 Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses

603 343 35 Médicos Sin Fronteras Colombia

604 344 36 Grupo Colombiano de la Colaboración Cochrane

605 345 37 Instituto de Cancerología, S.A.

644 365 38 Hospital Simón Bolívar III Nivel E.S.E

645 366 39 Instituto de Investigación del Comportamiento Humano

646 367 40 Ministerio de Educación Nacional

710 370 41 Hospital San Rafael Tunja E.S.E.

777 396 42 Fundación Universitaria Los Libertadores

778 397 43 Universidad Colegio Mayor de Cundinamarca

779 398 44 Universidad de Ibagué

780 399 45 Universidad del Cauca

781 400 46 Universidad del Sinú Elías Bechara Zainum

782 401 47 Universidad Distrital Francisco José de Caldas

783 402 48 Universidad Externado de Colombia

784 403 49 Universidad Manuela Beltrán

785 404 50 Universidad Militar Nueva Granada

786 405 51 Universidad Piloto de Colombia

787 406 52 Universidad Simón Bolívar

788 407 53 Universidad Sur colombiana


Fuente: SCimago Lab. http://www.scimagolab.com