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viernes, 15 de agosto de 2014

SUSTENTO EPISTEMOLÓGICO PARA UN PROGRAMA DE PSICOLOGÍA EN COLOMBIA

Por: Jairo Báez

Esta propuesta curricular que ha previsto la imposibilidad actual de unificar la psicología en torno a un solo discurso, asume entonces que la crítica ha de ser el único derrotero. Tal como ha sido el legado de Kant, si hay lugar para la poner en evidencia la importancia de la razón pura, es en el ejercicio de la práctica humana. La razón, en su dictamen ético, será la que decida finalmente, si un discurso psicológico cualquiera ha de imponerse a los demás o si, en lo prematuro de una ciencia nueva como lo es la psicología, los debates racionales y la reflexión continua sobre lo hecho, deben ser la guía ineludible para sostener y encontrar una práctica que cumpla con el postulado de un imperativo categórico. 

En el imperativo categórico, como ideal que debe concretizarse en una práctica, el bien individual habrá de identificarse con el bien social; pues, no es posible pensar un acto ético de un sujeto, que se precie humano, que pueda causar daño siquiera a uno solo de los implicados en los actos de humanización. Por ello, la propuesta curricular estriba en el desarrollo y cultivo de la razón de la comunidad académica; la razón de cada uno de los sujetos implicados en el acto pedagógico (docentes, estudiantes y personal académico-administrativo). 

Saber razonar, ocasiona un actuar asegurado en la crítica; por tanto, el esfuerzo continuo desde lo formal y lo informal del currículo, para que sea el argumento lógico, en su expresión verbal y escrita, el que proteja el ejercicio profesional del psicólogo que egresa de este programa y el ejercicio de formación de nuevos psicólogos capaces de superar el estado actual de la psicología y las prácticas sociales de un país que ha sido denunciado por sus falencias sociales. En contraposición, las prácticas de fe y del dogmatismo autoritario serán motivo de incesante reflexión y detección, evitando así, el anquilosamiento de un programa que amerita estar siempre al tanto de dar solución a infinidad de problemas y conflictivas que emergen en el seno de las relaciones sociales y la existencia humana.

Soportado el currículo del programa desde el imperativo categórico kantiano, la comunidad académica no solo se precia de mostrar sujetos en su carácter profesionalizante, sino también en su capacidad de crear y actuar como seres íntegros, que respondan  a las exigencias contemporáneas de dar lugar a una sociedad que brinde bienestar a todos los asociados. 

No son los contenidos recitados sino las prácticas devenidas de los discursos, que se imparten en los diferentes espacios académicos, los que se ponderan en esta apuesta para formación de psicólogos competentes para enfrentar las vicisitudes del vivir como sujeto y en comunidad. La perdurable revisión y contrastación de los discursos impartidos en el currículo, tanto al interior como al exterior del mismo y del programa de psicología, motivan el acercamiento a otras disciplinas académicas y prácticas sociales, para así mantener el propósito de sostener una propuesta curricular siempre actual y efectiva con lo acá planteado. Esto dice y señala mucho del espíritu investigativo que debe acompañar la formación de nuevos psicólogos.

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