Head

martes, 26 de enero de 2010

PENSIONES A CONGRESISTAS

Pensiones a Congresistas

Alberto José Holguín

Publicado en diario EL PAIS de Cali

Octubre 28 de 2009

Al escribir estas líneas no pretendo frenar la iniciativa que ya cursó los dos debates en el Senado, porque no tiene objeto, ya que será aprobada me guste o no y le guste o no al resto de los colombianos. Simplemente quiero sentar mi voz de protesta y dejar constancia del absurdo abuso que los mal llamados ¨padres de la Patria¨ van a cometer.

Nuestro Congreso está totalmente desprestigiado, casi que repudiado por la ciudadanía, entre otras cosas por la triste verdad de que más de 70 de sus 268 miembros han sido o están siendo juzgados por la Corte Suprema de Justicia o se encuentran detenidos. Sin embargo, a los ¨honorables¨ parlamentarios Aurelio Iragorri, Eduardo Enríquez, Carlos Cárdenas y Carlos Ferro no les tembló la mano para proponer la modificación de la Ley Cuarta de 1992, con el objeto de aumentarse el valor de sus pensiones de jubilación, iniciativa que probablemente recibió el aplauso de sus colegas. Esta inaudita actitud puede calificarse como una afrenta oprobiosa, monstruosa y vituperable contra el pueblo colombiano en un momento tan difícil como el que se está viviendo, cuando hay necesidades apremiantes de toda índole que no se pueden financiar y cuando el desempleo llega al 11%, sin contar el subempleo, que hace la situación laboral aterradora.

Actualmente, nuestros senadores y representantes devengan al mes $5.088.646 como sueldo básico, $9.046.485 de gastos de representación, $5.496.999 de prima de vivienda y $1.413.508 de prima de salud. Las partidas anteriores suman $21.045.638 cada 30 días. Mientras tanto, el salario mínimo legal, que en el 2008 era de $461.500, pasó a partir del 1 de enero del 2009 a $497.000, un incremento de sólo $35.500, pues se consideró “inflacionario y peligroso para la economía nacional” aumentarlo algo más o redondearlo siquiera a los $500.000 mensuales. No hay derecho. Pero no contentos con los millones que devengan, los parlamentarios pretenden ahora reformar la legislación pensional para ellos, sólo para ellos, de tal forma que su mesada futura por jubilación pase de $11 millones a $16 millones mensuales, lo que equivale a un incremento del 45%. Sabrosa vida.

Así es muy difícil alcanzar la paz. Mientras sigan presentándose estas desigualdades es utópico pretender que no haya violencia social. Y lo más triste es que los respetados congresistas siguen haciéndole el juego al ausentismo, a las cosas torcidas, a lo malévolo, sin pensar en lo que de verdad le puede convenir al país y a los 42 millones de colombianos que dicen representar.

Y sin más lamentaciones, porque se las lleva el viento, tocará esperar ahora a que la iniciativa termine su trámite y los ‘sufridos’ parlamentarios agreguen otra conquista a su ya larga lista de prebendas.

jueves, 21 de enero de 2010

LALENGUA Y EL VINCULO SOCIAL

CONVERSACIÓN CLÍNICA

Barcelona, 23 y 24 de Febrero de 2008



Precariedad del vínculo social en las psicosis ordinarias


"Lalengua" y el vínculo social


Tres preguntas a Josep Sanahuja


1. El vínculo social está fundado en el lenguaje. Sin embargo, hay una parte de goce que quedaría fuera de él y que "lalengua" hace presente. ¿Cómo se las arregla el sujeto psicótico con ese goce en su uso particular de la lengua? (Si encuentras una viñeta clínica será bienvenida)

La pregunta me remite a articular la relación entre lenguaje y lalengua y su articulación con la psicosis. Como Miller propone en La psicosis ordinaria, a partir del Seminario 20 Lacan descompone el lenguaje en dos partes correlativas: lalengua y el lazo social. Por un lado lalengua comprende los efectos de goce, los malentendidos infantiles, las homofonías, las significaciones investidas, y correlativamente el lazo social comprende las leyes que normalizan lalengua, como la gramática, el significante amo. Esta perspectiva permite situar las dificultades del psicótico para hacer lazo social, en la medida que no logra inscribir un significante amo que normalice la lalengua, al mismo tiempo que trae a primer plano su relación a lalengua, a la que está más conectado.

Es lo que ocurre en el caso de una paciente que considera que está rebotada con todo el mundo y le hace falta socializarse; al mismo tiempo que dice tener envidia de la gente que tiene vida propia ella no tiene amigos y se considera asilvestrada. Desde el primer momento llama la atención la incontinencia verbal y la rabia que se precipitan en su decir, entre insultos y desconsideraciones que dirige hacia ella misma y el Otro. En relación al padre están las promesas incumplidas, en relación a la madre su abandono, y ella misma no se encuentra capaz de hacer nada por lo perfeccionista que es. Después de un tiempo, en el que por mi parte sólo apunto alguna cosa y aceptando sus respuestas sin cuestionarlas, en su relato aparecerá un recuerdo de una vivencia enigmática que me confiesa al pasar: a los 15 años, estando en el sofá de su casa tiene la experiencia de irse de sí misma y que todo se vuelve nítido; desde entonces ha comparado este episodio con varias cosas sin que ninguna de ellas agote su significación, aunque este trabajo ha permitido producir algunos efectos de nominación. Entiendo que lo que se presentaba al comienzo en la vertiente de la rabia y el insulto es la expresión de la lalengua, que no logra normativizar su relación al Otro, y que por otra parte, recuerda el lugar fundamental que Miller da al insulto en su Clínica irónica. Luego, en la medida que el sujeto pudo depositar algo se ve como la lengua misma está afectada por una significación enigmática que lleva al trabajo de nombrar el goce que sobrepasa a la significación.

En la clínica debemos orientaros por la invención del sujeto en el trabajo sobre lalengua, en su capacidad para encontrar una solución singular que concilie lo vivo con el lazo social. El efecto de la práctica misma de lalengua es lo que a mi entender Eric Laurent menciona como una práctica del surcamiento, planteando como se regula eso que es la lengua fundamental o privada del psicótico para hacer posible el lazo social.


2. Generalmente, entendemos el goce de "lalengua" fuera del vínculo social ¿Pero de qué manera la precariedad del vínculo social en la psicosis puede enseñar algo nuevo sobre la “lalengua”?

La precariedad del vínculo social es algo a lo que la época actual nos confronta en la clínica y fuera de ella. En la clínica hoy, se observan modalidades de demandas en las que se evidencia la dificultad de localizar al Otro, lo que nos conduce a enfrentar otra lógica más continuista que la que planteaba la perspectiva estructural de neurosis-psicosis. En este sentido, La psicosis ordinaria es un magnifico ejemplo para pensar las similitudes que nos plantea esta práctica con el abordaje de las subjetividades de la época.

Si partimos del goce, del Otro que no existe, de lo clínicamente manifiesto y no del Otro previo o de la estructura previa, el tratamiento del goce implica destacar el estatuto del significante solo, el síntoma como modo de tratamiento de lo real por lo simbólico, tanto en la neurosis como en la psicosis, destacando la vertiente de invención del síntoma.

En la psicosis ordinaria nos encontramos con casos en donde la hipótesis de un desencadenamiento precoz es casi inverificable y, faltando el punto de basta tenemos sujetos para quienes el contacto con la lengua está, de entrada, “...desenganchado de la ilusión del funcionamiento normalizado del lenguaje”; quedan más o menos desenganchados del Otro y siguen más conectados con su lalengua, no se normativizan en el uso del lenguaje, sino que se advierte una dimensión de “lengua privada”.

Lalengua está hecha de equívocos: lo oído, los malentendidos infantiles, las homofonías, los sentidos gozados, son los que invisten lalengua. Las psicosis revelan una relación particular con lalengua. Y la época nos revela así mismo manifestaciones del mismo modo, que involucran el lenguaje, el lazo, la percepción, el cuerpo. Los excesos en los pasajes al acto y losacting dan cuenta de modos de salidas sin el Otro, o de un impasse en este registro.

El punto mas delicado y primordial es lograr situar lalengua de la transferencia en cada caso, eso que hace signo sin el sentido, de manera de que, a partir de allí, se pueda ordenar algo de ese goce irruptivo, descarriado. Léase, sobre este punto, la contribución de la Sección Clínica de Angers y su discusión posterior.

3. ¿Crees que el efecto, y el uso, de “lalengua” en el sujeto psicótico puede velar en algún caso la precariedad del vínculo social? (De nuevo, si encuentras una viñeta clínica será bienvenida)

Sin duda lalengua no es incompatible con el uso de los significantes del Otro social, no tiene porqué evidenciar una desorganización de la gramática o de los componentes fonemáticos del lenguaje. Aún cuando, en su origen, lalengua procede de la lalación, el laleo, esto no significa un lenguaje precario. Como aclara Miller, lalengua, en tanto concepto, capta el fenómeno lingüístico a nivel donde nadie se entiende con nadie, puesto que la investidura libidinal de la lengua es propia para cada cual, al mismo tiempo que es a partir del lenguaje que cada uno hace su lalengua. De este modo, es por el uso que distinguimos el estado de funcionamiento de lalengua.

A veces, aún estando el sujeto fuera del vínculo social puede al mismo tiempo transitar su vida cotidiana sin el sostén de un discurso establecido. A menudo el sujeto hace esfuerzos por ajustarse a los usos comunes, estándares, anudándose al significante amo que lo introduce en el código del Otro, para dar lugar al uso de una "lengua pública".

A través del trabajo de lalengua, la conversación con el analista puede ayudar en su esfuerzo para mantener su vínculo social.

jueves, 14 de enero de 2010

LA PSICAGOGIA NO ES PSICOLOGIA PERO TAMPOCO PEDAGOGIA

La psicagogia no es psicología pero tampoco pedagogía


Jairo Gallo Acosta*

En la actualidad el auge del aprendizaje por competencias ha colocado al acto pedagógico como aquello que permite desarrollar las competencias en sujeto a favor del interés, la eficacia y la rentabilidad productiva en la empresa – incluso las famosas competencias emocionales y sociales toman al sujeto como una empresa, el hombre empresario o emprendedor, el espíritu empresarial como lo señala Nicolás Rose en varios de sus escritos -, donde el gobierno de las almas se impone como una forma de gubernamentalidad en el presente.

Para formar jóvenes competentes y emprendedores la pedagogía y la psicología se han aliado para que los sujetos puedan ejercer el autocontrol, la autoestima, la autoeficacia y otros autos que ayudaran a afianzar las famosas competencias, permitiendo que un sujeto responda a demandas complejas y llevar a cabo tareas diversas de forma adecuada para una acción eficaz, que se supone es el saber –hacer.

Ante este panorama de la pedagogía como formadora de empresarios, a la cual no se escapa la psicología, existen otras prácticas que podrían rescatarse ya no para desarrollar habilidades ni actitudes para la vida– como la antigua pedagogía – ni para una vida de empresario – como la moderna pedagogía- , sino para un arte de la vida, para un arte de la existencia, de hacer de la vida una obra de arte.

El arte de la existencia tiene que sostenerse por prácticas que vayan más allá de lo pedagógico, que se dirijan a la verdad de un sujeto para su transformación y es ahí donde entraba en la antigua Grecia una práctica que se denominó psicagogia.

“Podemos denominar pedagogía a la transmisión de una verdad que tiene por función dotar a un sujeto cualquiera de actitudes, de capacidades, de saberes que antes no poseía y que deberá poseer al final de la relación pedagógica. En consecuencia, se podría denominar psicagogía a la transmisión de una verdad que no tiene por función dotar a un sujeto de actitudes, de capacidades y de saberes, sino más bien de modificar el modo de ser de ese sujeto. En la Antigüedad grecorromana el peso esencial de la verdad reposaba, en el caso de la relación psicagógica, en el maestro; era él quien debía someterse a todo un conjunto de reglas para decir la verdad y para que la verdad pudiese producir su efecto. Lo esencial de todas estas tareas y obligaciones recaía sobre el emisor del discurso verdadero. Por esta razón se puede decir que, en la Antigüedad, la relación de psicagogía estaba muy próxima relativamente de la relación de la pedagogía, ya que en la pedagogía es efectivamente el maestro quien formula la verdad. En la pedagogía la verdad y las obligaciones de la verdad recaen sobre el maestro. Y esto que es válido para cualquier pedagogía es válido también para lo que se podría denominar la psicagogía antigua, que es también percibida como una paideia." (Foucault, 2008:387).

Aunque la pedagogía y la psicagogia se relacionaban, estas se diferenciaban por ser la segunda la corrección de la primera, en los Diálogos Socráticos, Alcibíades se imponía el cuidado de sí (psicagogia) para completar o corregir la formación de la pedagogía. La cuestión pedagógica se desplaza, desde su crítica, apareciendo el cuidado de sí como un combate permanente para toda la vida y función curativa terapéutica más que pedagógica (entendiendo terapéutica como cuidado de alma).

La ética del cuidado de sí era una elección personal, y consistía en una práctica del sí sobre el sí mismo. Todos los ejercicios y técnicas tienen la finalidad de establecer un dominio sobre sí mismo (que no debe confundirse con el autocontrol o el dominio del yo como entidad o sustancia que permite una identidad fija)

El cuidado de sí es una posibilidad estratégica de transformación de lo que somos y hacemos, es decir un sujeto que cuida de sí mismo como estrategia que ayuda a enfrentar las pasiones de la existencia, de ahí el arte de la existencia.

Las prácticas pedagógicas y psicológicas en la actualidad en su mayoría excluyen el cuidado de sí. Desafortunamente como bien lo describe Michel Foucault, el cuidado de sí (épiméleia heauton), fue desplazado durante muchos siglos por el conócete a ti mismo (gnothi seauton) délfico que en la modernidad desde Descartes, se convirtió en la autoconciencia. Allí la verdad se encontraba en el conocimiento de uno mismo, situación que la psicología en el siglo XX lo tomó como su caballo de batalla, el conocimiento del yo –conciencia.

El logos o el imperio de la razón comenzaron a ser lo único importante, sostenido por una razón instrumental, tecnológica y científica, dominando casi todas las prácticas durante varios siglos (entre ellas la pedagogía y la psicología), olvidándose casi por completo el cuidado de sí.

El cuidado de sí, y la psicagogia como una práctica del cuidado de sí, no sólo permitiría a un sujeto el gobierno de sí al encontrarse con una verdad, sino también poder gobernarse con los otros o el gobierno de los otros que era el principal objetivo del cuidado de sí, prepararse para gobernar a los otros (política) desde el gobierno de sí.

Ocuparse de sí mismo es imposible sin ocuparse de otros y/o que otros se ocupen de uno, si estas prácticas fueran desarrolladas en la educación actual, desde una pedagogía que tratará de no capacitar para competir sino para vivir, existir, no fueran necesarias tantas normalizaciones, códigos o leyes externas, ya que un sujeto sabría en qué lugar ubicarse y ubicar a los demás (incluso colocando en su justo lugar a aquellos que quieren ser injustos).

Esto último debería ser el camino (ethos) que un sujeto en su formación apuntaría para su vida y para su convivencia con los otros, para el arte de la existencia.




Notas

*Psicólogo. Magíster en Psicoanálisis de la Universidad Argentina John F. Kennedy. Doctorando en Ciencias Sociales y Humanas, Pontifica Universidad Javeriana. Director de la revista Psique y Sociedad.

Foucault, M (2008) La hermenéutica del sujeto. Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica.